La tarde de ayer recibí una llamada telefónica para contestar una encuesta —a mi parecer, un tanto adelantada—. Un robot, sin identificar la casa encuestadora, preguntó quién debería ser el candidato o candidata de Morena a la gubernatura de Chihuahua. Las opciones fueron, en ese orden, Cruz Pérez Cuéllar, Andrea Chávez, Juan Carlos Loera, Armando Cabada y Ariadna Montiel. Más allá de los nombres, esta consulta refleja las primeras señales de una carrera interna feroz, donde las alianzas, los egos, la soberbia y las estrategias empiezan a moverse.
Algunos perfiles, sin embargo, parecen haber agotado su capital político en esta contienda. Armando Cabada deja pocas dudas: su paso por la alcaldía de Juárez fue una experiencia que no terminó por convencer a la ciudadanía, y difícilmente puede presentarse como la mejor opción para liderar el estado. Juan Carlos Loera también enfrenta un escenario complicado. Tras la derrota en 2021, su regreso este 2024 a la senaduría parece más una muestra de suerte política que una apuesta estratégica para el proyecto estatal de Morena.
En contraste, Ariadna Montiel, Andrea Chávez y Cruz Pérez Cuéllar representan perfiles con verdadero peso político, capaces de liderar desde distintos frentes. Cada uno de ellos tiene cualidades únicas que, si se alinean con inteligencia, podrían consolidar un equipo formidable para Chihuahua.
La hoy Secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, ha demostrado una notable capacidad de gestión en un área central en la política de la 4T. Su trabajo ha sido clave en la implementación de los programas sociales que buscan reducir las desigualdades y mejorar las condiciones de vida en el país. Recientemente, me comentan, estableció residencia en la Ciudad de Chihuahua, es evidente que tiene la intención de sumar en el escenario estatal, del que sido la mano que mece la cuna desde de 2018. Su experiencia no solo aporta pragmatismo, sino que asegura que el estado pueda conectar con los proyectos prioritarios del gobierno federal.
Joven, carismática y portadora de un dinamismo excepcional, Andrea Chávez, ha logrado posicionarse con rapidez en la arena nacional y tiene todo para construir una carrera exitosa de largo plazo. Sin embargo, en mi opinión, asumir la gubernatura directamente podría limitar su proyección futura, dada la complejidad que implica gobernar un estado como Chihuahua sin experiencia previa en la administración pública. Un camino más estratégico sería liderar la alcaldía de Chihuahua, por ejemplo, lo que le permitiría adquirir experiencia ejecutiva, consolidar su base política y garantizar una trayectoria sostenible que podría llevarla incluso más lejos en los próximos años. No por madrugar, amanece mas temprano.
Por otro lado, Cruz Pérez Cuéllar ha demostrado ser un político de carrera sólida, con experiencia tanto legislativa como administrativa. Como alcalde de Ciudad Juárez, ha enfrentado los desafíos propios de la frontera más compleja del país y ha trabajado para mejorar la seguridad y la infraestructura urbana. Su trayectoria y estructura política lo colocan en una posición destacada para aspirar a la gubernatura, consolidando el proyecto de la 4T en Chihuahua desde una plataforma territorial real.
Dígame romántico e idealista, pero a la distancia se me antoja que la combinación de estos tres liderazgos tiene el potencial de convertirse en una fórmula ganadora para el estado. El uno-dos-tres para Chihuahua. Esta alineación sería una estrategia poderosa para transformar Chihuahua desde todos los frentes, con un liderazgo que responda a las necesidades locales sin perder de vista la agenda nacional.
El futuro del estado no se define únicamente en las urnas, sino en la capacidad de sus liderazgos para trabajar en equipo. La combinación de la gestión nacional de Ariadna, la visión joven y enérgica de Andrea y la experiencia política de Cruz ofrece una fórmula sólida que podría impulsar el desarrollo y la estabilidad del estado.
En lugar de una competencia interna, lo que Chihuahua necesita es que estos tres actores se unan en un proyecto coordinado, donde cada uno aporte desde su trinchera. Un uno-dos-tres perfecto, en el que cada uno asuma un rol estratégico que potencie el trabajo del otro. Si logran sumar esfuerzos, Chihuahua podría contar con un gobierno eficiente y alineado en todos los niveles, capaz de ofrecer soluciones reales a los problemas más apremiantes.
El verdadero reto no es solo ganar una elección, sino construir una visión compartida para el estado, en la que todos los liderazgos se complementen y colaboren por un bien mayor. En esta sinergia radica la oportunidad de unificar proyectos y consolidar un futuro más próspero para Chihuahua.
David Gamboa
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.