Un comentario ofensivo en un evento del expresidente Donald Trump provoca indignación entre la comunidad puertorriqueña y repercusiones en la política estadounidense.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Staff) – El expresidente Donald Trump se encuentra en el centro de una nueva controversia tras un evento en el Madison Square Garden, donde un comediante invitado, Tony Hinchcliffe, hizo comentarios despectivos sobre Puerto Rico, lo que generó indignación en redes sociales y condenas de figuras destacadas de la comunidad latina. La polémica podría afectar la campaña electoral en curso, especialmente en estados con grandes comunidades puertorriqueñas.
Durante su participación en el evento, Hinchcliffe se refirió a Puerto Rico como “una isla flotante de basura en medio del océano”, un comentario que rápidamente se viralizó en redes sociales y desencadenó respuestas de artistas puertorriqueños como Bad Bunny, Ricky Martin y Jennifer López. Estas celebridades compartieron publicaciones criticando los comentarios y expresando su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris, quien ha intensificado su campaña en busca del voto latino.
La reacción de los puertorriqueños no se hizo esperar. En plataformas como Instagram y TikTok, usuarios expresaron su rechazo a los comentarios, calificándolos como una muestra más del desprecio que, según ellos, Trump ha demostrado hacia la isla, especialmente durante su mandato, cuando fue criticado por su gestión del desastre tras el huracán María. El chef José Andrés, reconocido por su labor humanitaria, también condenó la retórica utilizada en el evento, señalando que refleja una visión racista hacia las comunidades latinas.
La indignación se extendió a figuras políticas del Partido Republicano, como los senadores Rick Scott y María Elvira Salazar, quienes rápidamente se distanciaron de los comentarios de Hinchcliffe. Ambos hicieron énfasis en el valor de la comunidad puertorriqueña y el aporte de los soldados de origen boricua en las Fuerzas Armadas estadounidenses. Sin embargo, varios analistas subrayan que estos intentos por contener la controversia llegan tarde y podrían no ser suficientes para mitigar el impacto en la campaña.
En paralelo, Kamala Harris aprovechó la polémica para reforzar su mensaje a la comunidad puertorriqueña. En un evento en Filadelfia, la vicepresidenta presentó propuestas para fortalecer la economía de la isla, reconstruir su infraestructura energética y asegurar recursos para su desarrollo. También destacó la necesidad de un liderazgo que trate con dignidad a la isla, en contraste con las acciones de la administración Trump.
La controversia podría tener repercusiones directas en los próximos comicios, especialmente en estados clave como Florida, Pensilvania y Nueva York, donde residen grandes comunidades puertorriqueñas. Analistas advierten que esta situación puede movilizar el voto latino en contra del expresidente, lo que representaría un obstáculo significativo para las aspiraciones de Trump de cara a 2024.
Este episodio pone en evidencia una vez más el delicado equilibrio que los políticos deben mantener al dirigirse a comunidades diversas. El impacto que estos comentarios tendrán en las elecciones aún está por verse, pero lo que es claro es que la comunidad puertorriqueña ha alzado la voz, exigiendo respeto y un liderazgo que valore su contribución al país.
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