Ciudad Juárez, Chih. – Con el fin de prevenir la tuberculosis pulmonar, la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Chihuahua, emite algunas recomendaciones para prevenir el contagio, pues esta enfermedad es potencialmente fatal, no obstante con un tratamiento adecuado y oportuno, puede ser curable.
La tuberculosis pulmonar es curable y prevenible, se contagia de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire y basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.
Las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen a lo largo de la vida, un riesgo de enfermar de tuberculosis de un 10%. Sin embargo, este riesgo es mucho mayor para las personas cuyo sistema inmunitario está dañado, como ocurre en casos de infección por el VIH, mala nutrición, diabetes, o en quienes consumen tabaco.
Ante este panorama, se recomienda que si la persona se encuentra enferma, evite estar en lugares concurridos durante los primeros días y mantenga cubiertas sus vías respiratorias con un cubre bocas, durante las primeras semanas, con el propósito de no propagar la enfermedad.
Los cuidados en el hogar, van desde mantenerlo iluminado, hasta tener siempre limpios los artículos y utensilios personales y otros como cobijas y peluches.
Al momeno en que la enfermedad se activa, los síntomas del padecimiento son: tos intensa que dura tres semanas o más, dolor en el pecho, tos con sangre o flema, debilidad o fatiga, pérdida de peso, falta de apetito, escalofríos, fiebre y sudoración nocturna, los cuales pueden ser leves durante varios meses, por lo que en ocasiones tardan en buscar atención médica y en consecuencia, transmiten la bacteria a otras personas.
Los síntomas de la enfermedad en otras partes del cuerpo, dependen del área afectada, aunque por lo general, las bacterias de la tuberculosis se multiplican en los pulmones. En caso de presentar varios de estos síntomas, se recomienda acudir al centro de salud más cercano, para que un médico realice el diagnóstico de la enfermedad, ya que a lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 a 15 personas por contacto estrecho.
Al detectarse el padecimiento, se inicia un tratamiento de seis meses, dividido en una fase intensiva o inicial en la que se suministra una combinación de cuatro medicamentos para la recuperación rápida del paciente: Rifampicina, Isoniazida, Pirasinamida y Clambutol, de lunes a viernes por 45 días.
Luego sigue la fase de continuación, con un tratamiento diseñado para eliminar los bacilos que quedan, y evitar las recaídas. Después de 15 días de este tratamiento, la enfermedad deja de ser contagiosa, pero se deben seguir las indicaciones del médico y tomar los medicamentos correctamente.
Con estas acciones, la Secretaría de Salud pone de manifiesto su compromiso de mantener una población informada y saludable.
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