Pequeño, diminuto, chico, minúsculo, insignificante…así el Partido Acción Nacional en el estado de Chihuahua, bueno, en todo el país, pero por ahora nos ocupamos del estatal. El PAN actúa como en los años 70 ‘s, donde negar los derechos humanos, la igualdad y la equidad, era lo “normal”, donde apenas había 3 legisladoras en el Congreso y donde claramente los hombres se creían los dueños y señores. Hoy, tras 50 años, las cosas han cambiado, pero habrá que avisarle al diputado Olson y a su dirigente estatal que siguen con la misma mentalidad de hace 50 años.
Hechos: en días pasados, la diputada local del PT, Irlanda Márquez, presentó una iniciativa que propone reconocer plenamente el derecho al matrimonio igualitario, estableciendo la igualdad de derechos para todas las personas, sin importar su orientación sexual. Y es que, aunque actualmente las personas de la comunidad de la diversidad sexual pueden contraer matrimonio en Chihuahua mediante un decreto emitido por administraciones pasadas, es fundamental que esto quede asentado en las leyes del estado para garantizar la plena igualdad ante la ley.
La presentación de esta iniciativa contó con el apoyo de la diputada panista Nancy Frías, lo que ocasionó molestia del diputado Olson, conocido por ser un legislador antiderechos y conservador recalcitrante, de esos que niegan a las familias diversas, para quienes la orientación sexual es una aberración que atenta en contra de la “familia”.
Pues este legislador manifestó su oposición, lo cual está en su derecho; en días pasados, dentro del edificio del Congreso, el legislador Olson agredió física y verbalmente a la compañera del PT, por lo que, en sesión del pleno, se hizo pública la agresión y posteriormente, se adelantó una denuncia por violencia política en razón de género ante las autoridades electorales, buscando que se le inhabilite políticamente, ya que una persona así no debería ocupar cargos públicos.
¿Qué ha hecho Daniela Álvarez, dirigente del PAN?: no poner en duda siquiera la situación, respaldar al legislador y hasta decir: “lo que tú indiques, aquí estamos para respaldarte”. Habrase visto, ni siquiera ha ameritado investigar la situación, da por hecho que lo que dice el panista es verdad, vaya, la preocupación más grande de la dirigente era salir a asegurar que la diputada Frías no renunciaría a la bancada, lo demás francamente la tenía sin cuidado.
¿Hasta cuándo un partido va a seguir creyendo la versión de los agresores antes que la de las agredidas? Parece que de al menos otros 50 años, la situación es que es muy probable que ya no existan como instituto político, porque como quedó muy claro en las elecciones pasadas, cada vez menos personas votan por el PAN.
Lo que estamos pidiendo es que le den unas clases al legislador Olson sobre violencia política en contra de las mujeres, algo que de ninguna manera le sobra y sí que le hace mucha falta.
La pequeñez del PAN sigue sorprendiendo, su fin se acerca pues pertenecen a otro momento del país que ya no existe, su involución la pagarán con su propia extinción.
Lilia Aguilar Gil
Política y académica.
Maestra en Administración Pública por la Universidad de Harvard y en Gestión Pública por el Tecnológico de Monterrey. Ha contribuido en foros internacionales y enseñado en la Universidad de Harvard. Fundadora de la asociación civil LIBRE, se enfoca en el empoderamiento juvenil. Imparte clases en la UNAM y actualmente es Secretaria Técnica en la SSPC, habiendo sido titular en la Secretaría de Gobernación. Su carrera en el Congreso refleja su compromiso con la seguridad y las políticas sociales.
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