Trump, que volverá a la presidencia de EEUU el 20 de enero, se considera a sí mismo un gran negociador y ha prometido poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania, pero no ha explicado cómo lo lograría.

El congresista estadounidense Mike Waltz, próximo asesor de seguridad nacional, dijo el domingo a la cadena ABC que la guerra se había convertido en una “picadora de carne de personas y recursos” al estilo de la Primera Guerra Mundial, con “consecuencias para una Tercera Guerra Mundial”, según ABC.

“Todo el mundo sabe que esto tiene que terminar de alguna manera diplomática”, dijo a ABC Waltz, un leal a Trump que también sirvió en la Guardia Nacional como coronel.

“Simplemente no creo que sea realista decir que vamos a expulsar a todos los rusos de cada centímetro de suelo ucraniano, como en Crimea. El presidente Trump ha reconocido esa realidad, y creo que ha sido un gran paso adelante que el mundo entero reconozca esa realidad. Ahora vamos a avanzar.”

Preguntado específicamente por los contactos entre Trump y Putin, Waltz dijo: “Sí espero una llamada para al menos los próximos días y semanas. Así que ese sería un paso y a partir de ahí seguiremos”.

La en 2022 ha dejado decenas de miles de muertos, ha desplazado a millones de personas y ha desencadenado la mayor ruptura en las relaciones entre Moscú y Occidente desde la crisis de los misiles cubanos de 1962.

Las autoridades estadounidenses tachan a Rusia de autocracia corrupta que constituye la mayor amenaza de Estado-nación para Estados Unidos y que se ha inmiscuido en las elecciones estadounidenses, ha encarcelado a ciudadanos estadounidenses bajo acusaciones falsas y ha perpetrado campañas de sabotaje contra aliados de Estados Unidos.

Los dirigentes rusos afirman que Estados Unidos es una potencia en declive que ha ignorado repetidamente los intereses de Rusia desde la desintegración de la Unión Soviética en 1991, y que sembrar la discordia dentro de Rusia es un intento de dividir a la sociedad rusa y favorecer los intereses de Estados Unidos.