Los deportados, los miles y miles de ciudadanos centroamericanos expulsados del vecino del norte, llegarán a México y específicamente llegarán a Juárez, esa ha sido la única constante en la política migratoria de este país, direccionar a los migrantes, a cada caravana, una y otra vez, para colapsar a nuestra frontera. El desprecio por las familias juarenses, la negligencia, el sadismo criminal, eso ha sido para nuestra Heroica Frontera, la crisis migrante que parece no tener fin.
Esta situación no es un desafío ordinario; es una emergencia, es la amenaza que se cierne sobre la ciudad que más produce, que más trabaja en nuestro Estado. ¿Qué pecado original quieren que paguen los juarenses? ¿Qué gobierno tan inmisericorde puede seguir dando la espalda? y lo peor ¿Qué gobierno tan cínico pretende quitarse toda la responsabilidad en esta crisis?
Las deportaciones que emanarán de la política migratoria de Donald Trump son el resultado de la suma de condiciones inhumanas, son el resultado del éxodo masivo al que orillan los regímenes dictatoriales. Hablamos de miles y miles de familias de venezuela, de Nicaragua, de Cuba, quienes cargan la culpa de querer sobrevivir, de escapar de un país que les negó su derecho a vivir en paz. Las deportaciones son el resultado de la ausencia de política migratoria clara, donde el régimen centralista ha decidido que Ciudad Juárez sea el destino para las deportaciones. Que colapse la frontera, que al régimen no le importan.
Estamos ante el resultado directo de dos problemas graves: los regímenes dictatoriales que fuerzan a millones al exilio y la absoluta negligencia del régimen centralista para establecer una política migratoria funcional.
Sumada a la incapacidad del Instituto Nacional de Migración bajo la catastrófica dirección de Francisco Garduño, ha creado un caos insostenible. Garduño ha demostrado una y otra vez su incompetencia criminal, y su permanencia en el cargo es un insulto a la inteligencia y a la decencia. Su gestión no solo ha fallado; ha puesto en riesgo a miles de personas, ha costado vidas y ha colocado a Ciudad Juárez en el ojo de la tormenta.
No podemos permitir que la falta de liderazgo desde el gobierno federal condene a nuestra ciudad a cargar con un peso que no le corresponde. Los servicios públicos están al límite, las familias juarenses viven con incertidumbre y miedo, una ciudad que se pone a prueba como nunca antes.
Aparentamos estar muy preocupados por lo que hará Donald Trump, cuando la catástrofe para nuestra frontera es causa de las decisiones que se toman en el centro del país.
Como el primer servidor de los chihuahuenses, no puedo permitir que Ciudad Juárez colapse, que nuestra frontera sea campo minado, que las familias juarenses vivan en el temor. El destino de nuestra Ciudad está en juego, la heroica Ciudad Juárez clama por respuestas, por una política migratoria clara que transforme la desesperación en esperanza.
Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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