Miles de trabajadores en restaurantes de comida rápida realizaban el jueves paralizaciones laborales en decenas de ciudades de Estados Unidos como parte de una campaña para lograr que cadenas como McDonald’s, Taco Bell y Wendy’s paguen mejores salarios.
Protestas similares organizadas por sindicatos y grupos comunitarios en meses recientes han captado considerable atención de los medios de noticias hacia ese sector de la industria de la comida rápida -cuyos empleos calificados como “McJobs”, son conocidos por los bajos salarios y perspectivas limitadas. Pero no se tiene en claro, cuál serán las consecuencias sobre los negocios.
En Nueva York, la portavoz del Concejo Municipal, Christine Quinn, se unió a un grupo de 300 a 400 trabajadores y simpatizantes que participaban el jueves por la mañana en una marcha antes de llegar a un McDonald’s cerca del edificio del Empire State. Poco antes de manifestación, sin embargo, el restaurante parecía estar operando normalmente y algunos clientes dijeron que no sabían nada sobre el movimiento. Lo mismo sucedió con otro local de McDonald’s a pocas cuadras de distancia.
La falta de información entre los mismos trabajadores reflejaba el reto que enfrentan los organizadores. Los manifestantes, que piden aumentos a 15 dólares por hora y el derecho a afiliarse a un sindicato, siguen representando una mínima fracción de la industria. El sueldo mínimo a nivel federal es de 7,25 dólares por hora, que es lo que ganan muchos trabajadores del ramo, que asciende a 15.000 dólares anuales para los empleados permanentes.
La medida de reclamo tiene lugar en momentos en que la Casa Blanca, algunos legisladores y economistas promueven un aumento en el salario mínimo federal, que fue aumentado por última vez en el 2009. Pero la mayoría de las propuestas buscan un aumento bastante más modesto. El presidente Barack Obama quiere aumentarlo a nueve dólares por hora.
Se prevé que los trabajadores también harán paros en ciudades como Atlanta, Boston, Hartford, Connecticut, Las Vegas y Los Angeles. Es probable que muchos de los restaurantes donde habrá paros sigan abiertos. Las huelgas fueron anunciadas con anticipación a fin de darles a los gerentes tiempo para que adapten los horarios del personal.
AP
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