Apenas y cabe duda de que la incipiente y novel patria del siglo XIX -constantemente azotada por múltiples convulsiones y guerras de fuero interno y externo-, difícilmente hubiera podido permanecer de pie de no haber sido por la contribución de un tipo muy particular de gobernante. Aquel que se asumía así mismo como el pastor que gobernaba desde una vocación más autoritaria que democrática -aunque sin caer en la tiranía-, a su desorientado rebaño de ovejas desprotegidas y perdidas: El insurgente, el caudillo, el mestizo, el zapoteca, el mixteco, el liberal, el valiente, el pastor, el patriarca.
El siglo XX, tras una sangrienta revolución, condujo a México por un camino muy distinto: El de la construcción de la vida institucional. A los gobernantes de esta nueva etapa y siglo los caracterizó la vocación inquieta de la creación de las instituciones que marcaron el rumbo del México del siglo XX.
La vida institucional, literalmente, cobró vida y costó vidas. Tal fue la inauguración ya no del siglo de patriarcas, sino del de la proliferación de todo tipo de entidades públicas -como el Instituto Mexicano del Seguro Social fundado en 1943 durante el sexenio de Manuel Ávila Camacho- que organizaron y consolidaron las conquistas revolucionarias y otorgaron a los mexicanos la certidumbre del desarrollo, la prosperidad y de una muy inmadura pero prometedora democracia.
Sin importar entonces los costos de la sufrida construcción del México de instituciones, el actual gobierno de López Obrador parece proponerse irremediablemente el desmantelamiento de la vida institucional en nuestro país para dar pie al resurgimiento del modelo patriarcal.
De ello da cuenta la reciente renuncia, el pasado 21 de Mayo, de Germán Martínez como director del IMSS de la 4T, misma que estremeció a los círculos políticos y sociales por potentes razones: Fue la primera que padeció el gabinete de AMLO, ocurrió a menos de 6 meses de ejercicio del nuevo gobierno y fue ampliamente difundida y debatida en medios de comunicación y redes sociales por la potente carta de renuncia que el político ex panista pronunció ante el consejo técnico del instituto.
La renuncia de Germán -y, recientemente de Josefa González Blanco Ortiz, ex-titular de SEMARNAT- refleja la grave crisis de gobernabilidad que atraviesa el gobierno debido a la inexperiencia, a la terquedad y a la agenda prioritaria de proyectos populistas del nuevo gobierno, por encima de las instituciones. La misma fue motivada principalmente por una importante disputa con la Secretaría de Hacienda debido al férreo control presupuestario que sus funcionarios -léase el Secretario Carlos Urzúa y la oficial mayor Raquel Buenrostro- ejercen en todas las áreas de la administración pública federal para rascar por donde puedan y obtener fondos para los programas asistencialistas del inquilino de palacio.
Mientras, por un lado, el gobierno de la cuarta transformación aumenta de manera histórica los presupuestos a sus proyectos prioritarios -la construcción del Tren Maya, la inviable refinería de Dos Bocas, el rescate de PEMEX , los programas de transferencias directas como “Jóvenes construyendo el futuro” y la pensión para el adulto mayor- por el otro, impulsa peligrosas políticas de ahorros, despidos y recortes presupuestales a instituciones indispensables para la vida de los mexicanos que hoy por hoy sumergen al gobierno en una preocupante parálisis operativa, como lo denunció el propio Germán en su carta.
Recortes, despidos y ahorros paralizadores en el sector salud; en instituciones culturales y el CONACYT; en universidades públicas como la UNAM, la UAM y el Politécnico; y, por si fuera poco, en instituciones encargadas de prevenir contingencias ambientales, como la CONAFOR.
Las consecuencias se han comenzado a manifestar más pronto que tarde: La crisis en el sector salud -el desabasto de medicamentos que ya golpea a pacientes que sufren VIH-SIDA, cáncer, diabetes y otras enfermedades- y la reciente y grave crisis ambiental que sufrió por varios días la Ciudad de México.
Las razones oficiales que tanto López Obrador y los funcionarios de hacienda han ofrecido para justificar los recortes al IMSS y demás instituciones son dos, principalmente: Cumplir con la política de austeridad republicana y con la promesa de terminar el año sin aumentar impuestos ni incurrir en más endeudamiento, para lograr superávit primario en el ejercicio de las finanzas. Políticas ortodoxas que disminuyen el aparato del estado, controlan hasta el exceso el gasto público y distan mucho de alejarse del modelo neoliberal como el propio presidente tanto había anunciado, tal y como señala el Dr. Juan Carlos Moreno-Brid en contundente balance sobre los primeros meses del gobierno.
El asunto es que AMLO no quiere austeridad. Quiere clientelas. Lo que verdaderamente está haciendo es transferir recursos de las instituciones que SÍ los necesitan como el IMSS -provocando así, su debilitamiento- a sus programas insignia de transferencias directas. Reducir y empequeñecer a las instituciones, para ampliar y engrandecer al patriarca que da y reparte a diestra y siniestra, sin ninguna institución de por medio. La relación directa entre el pueblo y su pastor, como bien señala Don Vix en sus tweets.
Las renuncias de Germán Martínez y Josefa González destaparon la cloaca de inoperatividad y la centralización del presupuesto que sufre el gobierno de López Obrador. Todas las áreas del gobierno -salvo aquellas que promueven la agenda clientelar del presidente- se encuentran duramente sometidas a operaciones mortales con el bisturí hacendario de las que sólo están logrando sobrevivir con menos de lo mínimo indispensable para su funcionamiento básico y normal, en perjuicio de todos los mexicanos.
De la austeridad, al austericidio autoinducido, como apuntan Luis Miguel González y Arlene Ramírez Urestí en sus columnas para El Economista y Forbes, respectivamente.
Mientras la 4T le quita presupuesto a salud, le otorga 500 millones anuales al béisbol.
Hiram Hernández Zetina
Economista de la UNAM. Presidente del Consejo Nacional de Tecnológicos y Universidades del Partido Revolucionario Institucional. Ex candidato a Diputado Federal por el distrito 4 de Ciudad Juárez
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