México como Estado se ha caracterizado por la genuflexión sistemática hacia los Estados Unidos en materia de política exterior durante las últimas administraciones panistas y priístas.
Uno de los ejemplos más lamentables fue el “comes y te vas” que hizo el ex canciller de Vicente Fox, Jorge Castañeda, al ex mandatario Fidel Castro, en uno de los actos más anti-diplomáticos de la historia de la política exterior de nuestro país. Cual tapete de George Bush, Castañeda nos hizo pasar un episodio de vergüenza internacional.
De tapete en tapete, así, los “Jefes de Estado” que han dirigido las relaciones multilaterales del país, lo cual ha traído como consecuencia que el pueblo mexicano fuera sumergido en un malestar generalizado por la falta de dignidad de sus mandatarios a la hora de relacionarse con otros países y sobretodo con el vecino del norte.
Sin embargo, tras la carta enviada por el Presidente López Obrador a Donald Trump, se marca un hito histórico que constituye una nueva época en la relación México-Estados Unidos.
El presidente con mayor legitimidad democrática en la historia de este país fijó el enmarcado con el que dio respuesta a la amenaza arancelaria de Donald Trump a México con la dignidad soberana por delante y sin dar un paso atrás.
Desde el comienzo, en su misiva, AMLO coloca la vara moral muy alta al darle un repaso histórico de la relación bilateral entre ambos países con ejemplos de fórmulas de gran calado como Benito Juárez/Lincoln y Roosevelt/Lázaro Cárdenas, como faro luz y guía en el devenir histórico de buenas relaciones en momentos clave para las dos naciones y sus pueblos como próceres de las libertades.
Después, como todo un hombre de Estado, le recuerda al mandatario Estadounidense, que las personas migrantes abandonan sus pueblos por necesidad y, asimismo, instala su idea de política migratoria de integración al tiempo que es propositivo al poner de relieve que la mejor opción para resolver la problemática migratoria es generando desarrollo y empleo con la fuerza de trabajo de las personas migrantes en beneficio de la región.
Con posterioridad, el licenciado López Obrador, apela al discurso de derechos humanos, de combate a la corrupción y hace a un lado las medidas tributarias y de coerción que el Gobierno de Trump utiliza como espada para combatir un fenómeno que ellos mismos causaron con sus políticas neoliberales de saqueo a Centro América y a toda Nuestra América en general.
Por último, abre la puerta del diálogo y le hace saber que una comitiva de la cancillería llegará a la capital de Estados Unidos para negociar los asuntos migratorios en términos de paz y bajo el ideal de no-violencia.
Ante éste enmarcado que hizo el Presidente mexicano, las voces de los agoreros del desastre no se hicieron esperar: Jorge Castañeda, de quien hablábamos hace unos párrafos atrás, escribió en su cuenta de twitter que la “Carta de amlo a trump parece respuesta de miss universo: estoy a favor de la paz mundial”.
Pobre tipo, no se da cuenta que su lugar de enunciación es desde allá atrás, en las butacas del basurero de la historia, para que aprenda lecciones de política exterior del más alto nivel por parte de nuestro presidente.
No se cansan de hacer el ridículo frente a quien escribe la carta con la tinta de un pueblo que le votó y lo hizo precisamente para que por fin alguien nos hiciera sentir orgullosamente mexicanos.
A los señores detractores del presidente les instamos a que de una buena vez se sienten, se agarren de la mano con Jorge Castañeda y aprendan hacer política defendiendo a México desde la valentía, el respeto y la dignidad de representar a un pueblo que les mandó al basurero de la historia por vende patrias.
Fernando Chacon
Desde los 17 años ha escrito en diferentes medios en México y Estados Unidos, como El Diario o San Diego Red.
Actualmente es asesor parlamentario en el Senado de la República y ha participado como analista político en W Radio con Loret de Mola, NTN24 en televisión colombiana, Nación 321 y El Francotirador con Nacho Lozano.
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