Entre las herramientas que los gobiernos utilizan para combatir a la criminalidad, en todas las sociedades y desde tiempos lejanos, se encuentra la recompensa económica a cambio de información que ayude a localizar a los prófugos de la justicia, aunque en nuestro país ese sistema al parecer no rinde frutos por la desconfianza que existe hacia las autoridades.
Son millones de pesos los que ofrece la Fiscalía General de la República (FGR), a través de su página recompensas.gob.mx, pero hasta ahora la autoridad omitió dar a conocer de forma pública la efectividad que tiene el dinero que ofrece para a atrapar a aquellos que provocaron daño severo a la sociedad mexicana, e incluso a la estadounidense ya que la mayoría de las actividades del narcotráfico tienen como objetivo el trasiego de drogas hacia ese país.
Independientemente de la certeza que tiene la estrategia, que el gobierno de Estados Unidos presume como efectiva, podemos decir que es un método de última hora para tratar de atrapar a los criminales más esquivos y dañinos, utilizada justo cuando las investigaciones topan en pared y se encuentran con las manos vacías en cuanto a datos o ubicaciones de los sospechosos.
Para obtener el paradero de los fugitivos, deben tentar a los ciudadanos para que otorguen datos precisos que puedan ayudar a la localización y captura de tal o cuál cabecilla de la mafia, ofreciendo cantidades exorbitantes que de ninguna otra manera una persona común podría obtener.
Por ejemplo, el Gobierno mexicano ofrece 30 millones de pesos por datos que ayuden a “echarle el guante” a Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como “El Mencho”, identificado por las autoridades como el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. El hombre es uno de los capos más buscados en nuestro país, al igual que Ismael “El Mayo” Zambada García, por quien se ofrece una cantidad similar.
Con seguridad no son pocas las personas que los conocen y que podrían proporcionar la información para su captura, pero como están las cosas en México, tal vez ninguna de ellas considere que sea suficiente todo ese dineral para protegerse de la venganza porque, como mencioné antes, existe una desconfianza enorme hacia los integrantes de los cuerpos de seguridad pública y de impartición de justicia.
Si el gobierno puede ofrecer cantidades millonarias para ayudarles a realizar su trabajo, que a todas luces resulta insuficiente, las organizaciones criminales pueden hacer exactamente lo mismo para obtener la identidad y paradero de los “soplones” que, lógicamente, resultarían personas relacionadas de alguna forma con los prófugos.
A pesar de los razonamientos, que tienen como base la experiencia y los reportes periodísticos leídos y escritos a través de los años por este su servidor, los ofrecimientos siguen vigentes en la página oficial del Gobierno mexicano. Además, también se pueden proporcionar datos para la captura de los sospechosos al número telefónico 01 800 831 31 96 o incluso a través del correo electrónico [email protected]
Los informes ciudadanos, se asegura, se realizan de forma anónima.Para que esta herramienta funcione en México, la autoridad debe obtener primordialmente la confianza de los ciudadanos a través de una acción efectiva para la captura de los criminales, quienes siguen aprovechando a su favor la enorme suspicacia arraigada en la sociedad.
Es muy deseable que una estrategia como la del programa de recompensas, sea efectiva en comunidades que sufren cada vez más embates de quienes viven para realizar acciones contrarias al bienestar general,
Creo que los ciudadanos estamos dispuestos a colaborar, pero únicamente ante instituciones que garanticen que quienes se atrevan a ayudarlas a encarcelar a delincuentes no sufran consecuencias nefastas.
Martín Orquiz
Periodista en Ciudad Juárez, desde donde ha publicado para el periódico El Fronterizo, El Diario de Juárez y la revista Newsweek. Se ha desempeñado como reportero, coordinador de información y editor. Es comunicólogo por la Universidad Autónoma de Chihuahua y tiene una maestría en periodismo por la Universidad de Texas en El Paso. Recibió el Premio María Moors Cabot 2011 –en equipo con la redacción de El Diario de Juárez–, también es coautor del libro colectivo ‘Tu y yo coincidimos en la noche terrible’
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