Es común escuchar decir a los funcionarios y servidores públicos, y me incluyo, que es necesario abatir la pobreza, algo que sin duda debe ser un tema central en la agenda de los gobiernos y por tanto se debe diseñar una adecuada política pública y asignar el presupuesto necesario.
Cierto, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero no podemos dejar de lado que, además de que intentar eliminar la desigualdad es un acto de justicia social, también es una condición necesaria para que la economía de los estados y naciones crezca lo suficiente para alcanzar niveles de desarrollo adecuados en pos del bienestar para todas y todos.
Ahora bien, dice la teoría básica sobre el diseño de la política pública, que uno de los principales elementos a considerar es identificar con claridad lo que se intenta resolver con tal política pública, luego entonces se debería conocer con mayor precisión de qué tamaño es el reto de la pobreza en el estado de chihuahua para plantear alternativas viables en búsqueda de su reducción.
En este orden de ideas es que creo conveniente presentar una radiografía de la pobreza en el estado actualizada al 2018, esto a partir de la información que un par de semanas atrás presentó el CONEVAL, organismo encargado de medir la pobreza y si bien, de momento los datos no están suficientemente desagregados a nivel municipal, y que además concuerdo con Marx en que las cifras son el ropaje de la realidad, si son un buen insumo para entender la problemática en discusión.
Así entonces el primer aspecto a destacar es que la población en el estado en situación de pobreza es de un millón seis mil habitantes, el 26.3% del total estatal, es decir, en chihuahua, de cada 10 habitantes, 2.6 son pobres. Es importante destacar de que esa población, 99,800 es población en situación de pobreza extrema, lo que implica que casi tres de cada cien chihuahuenses sobreviven en condiciones de pobreza extrema.
Sin embargo no es suficiente considerar únicamente los datos anteriores pues se deben de tomar en cuenta los indicadores de carencia social, donde por ejemplo, en el rubro del acceso a la alimentación, en 2018 existían 677,400 chihuahuenses con esta grave problemática, lo que implica que 17.7% de la población, es decir, 2 de cada 10 habitantes, no tenían garantizada diariamente la comida, algo a todas luces inaceptable y una importante tarea a solucionar.
Pero además, en Chihuahua, en cuanto a salud, 432,700 chihuahuenses carecen de un pleno acceso a este derecho humano, es decir, uno de cada diez, en educación la situación es similar, 15.1% de la población tiene rezago educativo, lo que es un gran lastre para el desarrollo del estado.
Un aspecto a destacar es que el 42% de la población no tiene seguridad social, por tanto, poco más de un millón seiscientos mil habitantes, casi la mitad de la población, no tiene la protección que una sociedad puede proporcionar a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia.
Hasta aquí la radiografía de la pobreza en chihuahua, es evidente el tamaño del reto, no digo que no se esté haciendo algo, pero es notable que aún falta mucho por hacer, en breve discutiremos y aprobaremos el presupuesto de egresos del gobierno del estado, como presidente de la Comisión de Desarrollo Social estoy preparando una propuesta de presupuesto que contribuya a aliviar algunas de las problemáticas de los que menos tienen. Por justicia social estamos obligados.
Benjamín Carrera Chávez
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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