«El 17 de octubre, muy presente tengo yo… En Culiacán Sinaloa, la milicia reculó.»
Éste podría ser el inicio de un corrido alusivo a la decisión presidencial de hacer retirada y entregar en libertad a Ovidio Guzmán López, conocido como “El Chapito”.
Para una parvada de vampiros, sedienta de sangre, la decisión presidencial de retirar las tropas en Culiacán, y liberar al hijo del Chapo Guzmán, anteponiendo la vida de inocentes a la crítica nacional e internacional, es una falta de hombría.
Son voces que desde su poltrona pretenden provocar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para que enfrente a las fuerzas delincuenciales con el uso del poder de fuego.
Para que México se cubra más en sangre, y luego juzgarlo como el presidente más sanguinario de la historia.
Para los estudiosos de la guerra, esta fue una decisión inteligente.
Que salvó muchas vidas inocentes, y al mismo tiempo detectar la fuerza enemiga. Posibles ubicaciones, armamento, equipo de transporte, capacidad de despliegue, ferocidad, y otros factores de utilidad para un contraataque determinante.
Se le llama retirada táctica, o estratégica.
Los estrategas militares más reconocidos, desde Jenofonte, hasta los actuales, han utilizado la retirada táctica como estrategia para el triunfo de la guerra.
Jenofonte y su retirada de los diez mil. La guerra de Cunaxa.
El duque de Wellington, para luego torcer a Napoleón en Waterloo.
Los miembros del EVN y del Vietcong contra el 7º de Caballería Aerotransportada durante la Guerra de Vietnam.
Erich von Manstein en Rusia.
Todos ellos en su genio bélico, contemplaban la retirada táctica como estrategia para luego contraatacar al enemigo y destrozar sus fuerzas.
La retirada es un tipo de operación militar que en general implica el abandonar la posición ocupada y replegarse a otra u otras más seguras.
Un retiro se puede emprender como parte de un retractamiento, para consolidar fuerzas, para ocupar la tierra que se defienda más fácilmente, o para conducir al enemigo hacia una emboscada.
Se considera una operación relativamente aventurada y peligrosa, que requiere disciplina para evitar caer en una derrota desorganizada.
El padre de la estrategia militar moderna, Carl von Clausewitz, la definía como “el empleo de las batallas para conseguir el fin de la guerra”.
De esta manera, daba prioridad a los objetivos políticos sobre los objetivos militares, apoyando el control civil sobre los asuntos militares.
Por eso la decisión de AMLO, fue prudente. Hizo caso a los expertos en la guerra.
Sun Tzu reflexiona:
«El general debe estar seguro de poder explotar la situación en su provecho, según lo exijan las circunstancias. No está vinculado a procedimientos determinados.» Capítulo VIII versículo 9 de El arte de la guerra.
En la estrategia tiene que procurarse que el esfuerzo se efectúe conminando o intimidando en lo posible las comunicaciones del enemigo, sin exponer las propias, o como en este caso, exponer la vida de inocentes; y se da el nombre de combinaciones estratégicas al conjunto de movimientos que debe ejecutar el ejército para lograr el objetivo propuesto, subordinadas al carácter que tenga la guerra, que pueden ser ofensivas, defensivas o mixtas.
Es evidente la postura detractora de algunos medios y comentaristas contrarios al nuevo régimen político nacional. Se esperaba así.
La prensa internacional retomó la acciones sucedidas en Culiacán, Sinaloa, con prudencia, salvo, el New York Times, que señaló: «el “gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue humillado, quien ha batallado para llevar a cabo una estrategia de seguridad para combatir los niveles récord de violencia en el país”.»
Una opinión parcial, inductiva, provocadora. Que exalta los sentidos de los que no tienen capacidad de análisis.
Por lo pronto, el presidente sostiene que la estrategia de seguridad va bien, y envían a 230 elementos de élite para proteger y apuntalar la plaza.
Conclusiones:
- El incidente en Culiacán, revela una declaración de guerra tácita entre el Estado Mexicano contra las fuerzas armadas del crimen organizado. Ya no contra el narco. Esto no lo va a decir nunca el presidente.
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Está claro que el poder de fuego con el que se enfrenta el Estado Mexicano, por el momento, es tal vez más poderoso que el ejército regular. Al menos en esta refriega se observaron armas de mayor calibre. Y una ferocidad fuera de control.
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Que la guerra apenas comienza y que no se trata de una guerra convencional, nos encontramos ante una variable de la confrontación bélica en territorio urbano.
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El operativo de captura de Ovidio, fracasó por el exceso de confianza, y error de inteligencia.
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Que la guerra no solamente es en el terreno de las armas, sino en la arena mediática. Son dos enemigos a vencer. La fuerza criminal y la oligarquía internacional… ¿O será un solo enemigo?
¿Qué sugeriría un experto? EXTERMINIO POR GOTEO.
La guerra sorda apenas bosteza.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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