Luego del culiacanazo, el Estado Mexicano quedó expuesto, no solamente a la crítica mordaz de sus detractores, sino a la falta de respeto por parte de los grupos criminales, que al saberse impunes, afloran desde cualquier punto geográfico del país, para producir terror y caos.
La inseguridad y poca confianza en las autoridades policiales mexicanas son una losa sobre la espalda del presidente y una lacra para el país.
La estrategia de seguridad parece no estar funcionando.
Diariamente el presidente Andrés Manuel, abre el día con su gabinete de seguridad y recibe el parte de guerra.
Porque esta es una guerra.
Al mismo tiempo, los gobernadores de todo el país replican el ritual y hacen lo propio en cada entidad federativa.
Pareciera que deveras están en los controles de la violencia… Pero no. No hay control.
De hecho, si quisieran apretar un poco, el caos subiría de intensidad y la intemperancia sería peor.
Me explico.
En este mundo de las percepciones, la gente observa que:
1. Los grupos criminales se multiplican.
2. Que de manera indiscriminada compran armas a los Estados Unidos, sin control ninguno.
3. Que en la política de “abrazos, no balazos”, el sentido de justicia se trastoca. Y el pueblo piensa que es mejor pertenecer a un cártel que buscar un empleo. Creando un oxímoron… “El crimen sí paga”.
4. El tiempo pasa y la violencia crece. Aunque a AMLO le entreguen “otros datos”.
Esto puede causar el descarrilamiento del gobierno. Pues del otro lado se trabaja lentamente el “golpe blando“. Y nuevamente, pareciera que no lo ven sus estrategas, ni los gobernadores, ni los alcaldes de México.
A menos que, se esté fraguando lo que yo llamaría una confrontación IN VENTREM.
O sea, una variable más drástica en la escala de la Guerra de Cuarta Generación.
¿Cómo está eso?
LA GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN
Se conoce como ‘Guerra de cuarta generación’ a una clasificación que los norteamericanos desmenuzan así:
1. La Guerra de guerrillas
2. La Guerra asimétrica
3. La Guerra de baja intensidad
4. La Guerra Sucia
5. El Terrorismo de Estado u operaciones similares y encubiertas
6. La Guerra popular
7. La Guerra civil
8. El Terrorismo y el Contraterrorismo
Además de la Propaganda, en combinación con estrategias no convencionales de combate que incluyen la Cibernética, la Población civil y la Política. (O sea, la táctica del Golpe Blando, que he estado comentando en trabajos anteriores)
En este tipo de guerras no hay enfrentamiento entre ejércitos regulares ni necesariamente entre Estados, sino entre un estado y grupos violentos o mayormente entre grupos violentos de naturaleza política, económica, religiosa o étnica.
Cerrar los ojos y esperar a que el mal se consuma a sí mismo es un sueño de niños.
Veamos un pequeño reflejo acá en el norte del país.
El periodista Ricardo Holguín, escribe para el Heraldo de Chihuahua, sobre la situación actual que guarda la entidad:
“Privaciones de la libertad, homicidios, secuestros, encobijados, enfrentamiento, incendio de vehículos, masacres, desapariciones, retenes de criminales, masacres y temor en comunidades de la sierra tarahumara, son parte de las acciones que llevan a cabo estos grupos criminales en el estado, donde la falta de elementos permite que sigan operando y se movilicen por todo el estado de Chihuahua. El control que mantienen estas células delictivas, permiten seguir con sus actividades primordiales que es la producción, venta y trasiego de droga, para el interior como el exterior del estado, donde mantienen rutas para hacer envíos de toneladas de marihuana y varios kilogramos de cocaína, como de cristal.”
Como podemos apreciar, el estado no tiene capacidad para enfrentar el poder de fuego de los criminales.
Al menos es la percepción que se tiene.
Lo que a continuación expondré, podrá sonar a ficción, surgida de la mente de Ian fleming, pero no veo otra forma de combatir con éxito esta confrontación.
La ciencia de la prospectiva me indica que de seguir así, el descarrilamiento es inevitable, y odiaré decir… ¡Se los dije!
OPERACIÓN IN VENTREM
Un estratega de la guerra, podría sugerir la implementación de una fuerza letal encubierta. Una potencia bélica consistente en la creación de varios comandos especializados en operaciones antiterroristas, esparcidos en todo el país, cuyo objetivo central sea el aniquilamiento de sus blancos y desaparición silenciosa de los mismos. Identificados y ubicados con anticipación.
Operación quirúrgica, sin estruendos, sin quemazones, balazos sueltos, desperdiciados.
Para contrarrestar la superioridad del poder de fuego de los grupos criminales, utilizar la estrategia de la guerra relámpago o Blitzkrieg del ejército alemán. Se basa en la velocidad y sorpresa de un ataque, en la base de una superioridad tecnológica sobre el enemigo, impidiendo cualquier ejecución de defensa coordinada del atacado, el ataque se funda en la concentración de fuerzas aéreas como apoyo visual y terrestres coordinadas; en la interrupción de comunicaciones del enemigo y en el aislamiento logístico de sus defensas.
Por cierto, la Blitzkrieg fue usada por EE.UU. en la Invasión de Iraq de 2003 y por Israel en la Guerra del Líbano de 2006. Los resultados de estos conflictos han sido muy cuestionados, pero sin duda, efectivos.
¿Por qué IN VENTREM?
Porque el conflicto se desarrolla justo en la panza del enemigo. Silenciosa, letal, rápida, sorpresiva, cronométrica.
Pero, naaaa. De aquí a que les cae el veinte.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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