Desde finales de 2019 se dieron a conocer casos de neumonía en Wuhan, en la provincia china de Hubei, para el 31 de diciembre de ese año, se dio a conocer a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se trataba de un virus distinto a los conocidos y para el 7 de enero de 2020, se identificó como un nuevo coronavirus que causa un resfriado común.
Ante la incertidumbre del nivel de riesgo y el desconocimiento de los alcances de este virus en materia de salud, se genera además los mismos efectos en materia económica.
La propagación del virus se ha dado de manera mucho más rápida que el SARS en 2002-2003, las personas contagiadas en este momento supera ya por 5 veces las reportadas por aquel virus, así como el número de defunciones que ya es mayor al del total de la contingencia del SARS.
Se ha estado dando tardanza y hasta cancelaciones de embarques de China considerando que hay regiones en donde no se está trabajando de manera regular.
Se tiene un costo además en los países por la prevención y atención al tema como lo comentó la OMS la semana pasada, “Para evitar una mayor propagación del brote de nuevo coronavirus (2019-nCoV) tanto en China como a nivel mundial, y para proteger a los Estados cuyos sistemas de salud están menos preparados, la comunidad internacional ha puesto en marcha un plan de preparación y respuesta que abarca el periodo comprendido entre febrero y abril de 2020 y para el que se necesitan US$ 675 millones”.
El plan se centra en:
- poner en marcha con rapidez la coordinación y el apoyo operativo a nivel internacional;
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ampliar lo necesario las operaciones de preparación y respuesta en los países;
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agilizar las actividades de investigación e innovación prioritarias.
Efectos económicos
Se están teniendo efectos inmediatos de este virus como lo es la disminución de actividad económica, evidentemente en la principal región o en el área donde se dio a conocer el virus, la actividad disminuye ya que por prevención o por instrucciones gubernamentales, se evita las salidas al cine, restaurantes, lugares de diversión, incluso centros de trabajo, esto genera un efecto de freno en la economía al reflejarse directamente en algunas industrias o servicios así como indirectamente en diferentes sectores.
Varias empresas han cancelado vuelos a China específicamente y de manera general a cualquier lugar que se considere de riesgo. Estamos hablando de empresas en México que dependen de China a nivel corporativo, de proveedores o clientes.
Las acciones de las aerolíneas y plataformas de empresas dedicadas a vuelos y vacaciones, fueron de las primeras afectadas en su valor en el mercado.
El freno en el desempeño productivo de aquel país y considerando el gran impacto que tiene en la producción global, hace que se vean efectos también en algunos productos a la baja en los que China es el principal o de los principales consumidores como cobre y petróleo.
Efecto en México
De nuevo una situación negativa en China genera oportunidades para nuestro país, que seguirá sustituyendo producción y venta de productos que se enviaban desde China y que ahora siguen teniendo su demanda, pero con la limitante de producción y envío desde el país asiático.
Sin embargo, también al igual que la guerra comercial de China y Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), en este caso, no es lo ideal el poder tener oportunidades derivadas de esta circunstancia.
No se tienen casos en nuestro país, sin embargo, el riesgo es latente y requiere de prevención y atención, sin embargo los efectos globales pueden ser muy negativos en materia económica, en 2009 la crisis de la Influenza A(H1N1) además de la crisis global en materia económica llevó a un resultado de -6.5% en el PIB.
No sería fácil medir el efecto directo de esta circunstancia en la caída de la economía, sin embargo, es un tema que valdría más la posibilidad de control del nuevo coronavirus que esperar las oportunidades que se presenten por el mismo.
Carlos Monroy
Doctor en Materia Fiscal. Consultor en Comercio Exterior y Gerente de Consultoría en Palco Consorcio de Comercio Internacional.
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