Facebook tiene una gran aplicación a nivel técnico. Le ha llevado un tiempo pulirla pero Facebook Messenger es a día de hoy una opción muy atractiva a la hora de intercambiar mensajes de texto con amigos y familiares. Sin embargo, no era suficiente para coronarse en esta categoría. Hacía falta algo más.
Facebook ha alcanzado este miércoles un “acuerdo definitivo” para comprar la empresa de mensajería instantánea WhatsApp por 19.000 millones de dólares en total, que todavía debe recibir los permisos de las autoridades.
¿Es mucho o es poco? La cifra no es chica si tenemos en cuenta que Facebook pagó en su día mil millones por Instagram. Ahora paga dieciséis veces esa cantidad para incorporar Whatsapp a su ecosistema. ¿Parece mucho? ¿Qué tal si recordamos que es más del doble de lo que pagó Microsoft por Nokia?
La compra de WhastApp por Facebook es muestra mas de los esfuerzos de la red social por no quedarse atrás y sortear los vaticinios de los analistas que se preguntan si la red social será capaz de generar ingresos sostenibles.
Con la adquisición de Whastapp, Facebook sube la apuesta y espera aumentar su presencia en los dispositivos móviles, con los que pretende sostener su negocio.
WhatsApp tiene más de 450 millones de usuarios. Pese a que su sede está Silicon Valley (California), tiene, sin embargo, su mayor éxito en Europa, ya que los norteamericanos prefieren otros servicios clásicos como Skype o (curiosamente) Facebook, su nuevo dueño.
La compañía de mensajería instantánea nació antes de la fiebre de los teléfonos inteligentes, como un servicio para suplir el alto coste de los mensajes de texto de pago, los SMS, una de las grandes fuentes de ingresos de las operadoras. Con la llegada de esta aplicación (y de sus competidores) las compañías telefónicas vieron cómo se esfumaba el negocio de los mensajes de pago.
“WhatsApp está en el camino de conectar a mil millones de personas. Los servicios que alcanzan ese hito son de increíble valor”, indicó Zuckerberg, que ha destacado que esta nueva alianza permitirá “un mundo más abierto y conectado” y ha añadido: “WhatsApp complementará nuestros servicios de chat y mensajería para que podamos ofrecer nuevas herramientas a nuestra comunidad”.
Jan Koum, de WhatsApp, indicó por su parte en un comunicado que están “emocionados y honrados por poder ser socios de Mark [Zuckerberg] y Facebook”, y por la posibilidad de llevar su producto “a todo el mundo”. El propio creador de Facebook ha ido a la sede de WhatsApp y ha conversado con los trabajadores de su nueva adquisición.
WhatsApp ha jugado deliberadamente la carta de la informalidad, con un aire casual muy californiano. Han seguido una política de contratación muy medida, con una mayoría de ingenieros en su pequeña plantilla de 55 empleados y, desde noviembre de 2011, con un conocido hombre de finanzas en Silicon Valley, Neeraj Arora, de origen indio y formado en Google. El dólar anual que deben pagar quienes se descarguen la aplicación para su smartphone es la única fuente de ingresos del popular sistema de mensajes, que ya ha superado a Twitter por número de usuarios.
Los fundadores de la empresa aseguraban hace unos meses que ese dólar es suficiente para sostener su pequeña gran empresa, y a su medio centenar de empleados, que mantienen en pie una maquinaria para que cada día se envíen 10.000 millones de mensajes y reciba otros 17.000 millones.
El anuncio de compra generó rápidamente un gran revuelo en redes sociales, tanto en Twitter como en el propio Facebook, ante la idea de que las filosofías de ambas empresas no parecen encajar. Muchos dan por hecho que comenzarán a incluir publicidad para rentabilizar una compra tan abultada.
Con información de: El País, CNN y Xataka
Luis Rincón
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