Para ser sincera, no estaba tan segura de escribir respecto a este tema, no porque no crea que sea importante, sino debido a que desde hace una semana todas las noticias locales, nacionales e internacionales son respecto al coronavirus COVID-19.
Sin lugar a dudas no pude evitar abordar el tema, pero claro con un enfoque más allá de síntomas o medidas preventivas, sino contextualizando un poco el entorno económico adverso que nos rodea, los efectos de esta pandemia como el efecto COVID-19 nos acompañará el resto del año.
El día de ayer fue anunciado que nuestro país entró en fase 2 de la contingencia sanitaria, hay quien piensa que esto se debe al número de contagiados o el número de muertos, esto no es así, la fase dos de la contingencia se declara cuando existen casos que no fueron importados, estos es, no son personas que contrajeron el virus en otro país y lo trajeron, sino que se desconoce cómo enfermaron, en esta etapa, la propagación del virus será más rápida, ya que el virus se encuentra en nuestro país.
Con esta declaratoria de fase 2 también fueron anunciadas algunas medidas implementadas por el gobierno federal, entre ellas el destinar 10 mil millones de pesos para atender esta contingencia, los recursos se destinarán a los Estados para que afronten el problema, al Instituto Nacional de Salud y Bienestar para adquirir equipo y medicamento.
Otras de las acciones que se implementaran están relacionadas con ofrecer créditos a las pequeñas y medianas empresas para su recuperación económica.
Sin duda esta pandemia desacelerar la economía mundial, las cuarentenas decretadas a nivel mundial ocasionarán el cierre de empresas, así como la pérdida de empleos, aunado a estos algunos sectores dejarán de producir. Pero no todo el escenario es negativo, porque, así como vamos a dejar de demandar automóviles o créditos hipotecarios o construir edificios y hoteles y por ende el sector automotriz y de la construcción se desacelerarán; habrá otros sectores en crecimiento, por ejemplo, la producción de equipo médico, las farmacéuticas y los servicios de atención médica.
Para el caso mexicano el panorama será un poco menos alentador, ya que de por sí se tenían más de tres trimestres sin crecimiento económico y pérdida de empleos formales, con esto, la economía sufrirá aún más golpes, el peso se disparó a más de 24 pesos por dólar, y los ingresos nacionales se reducirán dado la caída en los precios petroleros, la inflación sufrirá cambios y miles de empleos se perderán por los negocios que han tenido que cerrar.
Como sociedad debemos ser optimistas y hacer lo que nos toca, por lo pronto cuidar nuestra salud y evitar un colapso en el sistema nacional de salud y después de pasada esta contingencia que durará un par de meses, retomar nuestras actividades, sin pánico, sino haciendo nuestro mejor esfuerzo por reanimar la economía.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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