Moscú (Sputnik) – Este 15 de septiembre de 2021, la reina Letizia cumple 49 años. Probablemente, los biógrafos y analistas evalúen su impacto en la Corona cuando alcance el medio siglo. No obstante, a la espera de que el planeta dé una vuelta más sobre su eje, se puede decir que la monarca se ha convertido en una pieza clave de Zarzuela.
Letizia Ortiz Rocasolano nació en Oviedo, hija del periodista Jesús José Ortiz y la auxiliar de enfermería María Paloma Rocasolano. Sus primeros años los pasó en Asturias, aunque a la edad de 15 años se mudó a la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid por el trabajo de su padre. Su formación universitaria continuaría en la capital española, donde se licenció en Ciencias de la Información, rama de periodismo. El gusanillo por la prensa viene de Jesús José Ortiz, pero también de su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, quien fue locutora de radio en Asturias durante décadas.
Como profesional de los medios, Letizia Ortiz pasó por las redacciones de ABC, Agencia EFE o la Nueva España. Se plantó ante una cámara de televisión en CNN, Bloomberg TV o Agencia EFE. No obstante, se la recuerda por su trabajo en TVE. Presentó el espacio Informe Semanal o la edición matinal y segunda del Telediario. Incluso, fue enviada especial de la cadena para cubrir los atentados del 11-S, el hundimiento del Prestige o la invasión de Irak. El 31 de octubre de 2003 fue la última vez que se dirigió a la audiencia como periodista. Tenía 31 años y aquella noche dijo adiós a su vocación. Letizia dejaba de contar las noticias para convertirse en una de ellas.
Los rumores de su noviazgo con el entonces príncipe de Asturias corrían cada vez con más fuerza. Incluso con ella todavía en cámara. Al apagarse el piloto rojo aquel 31 de octubre de 2003, Letizia confirmaría a su compañero Alfredo Urdaci su relación con Felipe de Borbón. Horas después, el 1 de noviembre, casa real anuncia el compromiso del heredero al trono y la periodista.
Tras conocerse la noticia, la futura reina consorte de España se enfrenta a una marea de fotógrafos y críticas. No tardaron en aparecer los comentarios que cuestionaban la idoneidad de su perfil para el cargo que se le asignaría en unos meses. Entre los más repetidos, el hecho de que estuviese divorciada. Sin embargo, el juicio público no detuvo los planes de boda. El 22 de mayo de 2004 Letizia Ortiz entraba de blanco en la madrileña catedral de La Almudena.
Casi 10 años después, el rey Juan Carlos abdicaba en su hijo, Felipe VI. La corona caía en su cabeza y Letizia Ortiz se convertía en reina de España. En total, siete años de reinado. A sus espaldas, centenares de eventos y viajes. La antaño criticada comenzó a ser alabada por su compromiso y buen hacer en su cada vez más potente agenda pública. Siempre contenida, preparada para cualquier imprevisto y con unos estilismos medidos al milímetro. Casi profesional.
Rara vez muestra sus emociones ante las cámaras. Eso sí, siempre con sus dos hijas de por medio. Letizia se abrazó con fuerza a la Infanta Leonor en el aeropuerto de Madrid, antes de emprender su vuelo a Gales. También se recuerda el conocido rifirrafe con la reina emérita por aquella fotografía junto a sus dos nietas en la catedral de Palma de Mallorca.
Pocas salidas de tono en un tiempo en el que se mira a la monarquía con lupa. La situación financiera del rey emérito y su posterior huida a los Emiratos Árabes Unidos han colocado a Zarzuela en una posición comprometida. Las noticias que se agolpan sobre Juan Carlos I no favorecen al reinado de Felipe VI y por ende a la reina Letizia. “50 años es una bonita cifra para intentar hacer las cosas bien en el lugar al que cada una nos corresponda”, dijo en la ceremonia en la que la nombraron como alumna de honor de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Una frase que parece tener siempre presente. Sea como periodista o como reina.