De aguas cristalinas y cálidas, puro como el alma y fuerte cuando el cielo lo nutría, el río servía agua y alimento a quienes le rodeaban en esta gran tierra, en lo que actualmente es la ciudad de Chihuahua y Ojinaga, cuando el hombre blanco piso nuestro suelo, encontró una gran población dividida en pequeñas comunidades nómadas que posteriormente se convirtieron en sedentarios, cuya lengua similar a las antiguas Cahita y Opata, este asentamiento se dedicaba a la pesca, la caza y la recolección a las orillas del gran rio que en sus riberas lucía grandes cantidades de conchas que utilizaban para adornar su cuerpo, por este motivo les nombran los conchos a estos hombres, mujeres y niños adaptados a una zona árida y hostil, de manos hábiles que molían el maíz en el metate para concebir el pinole y el otole, pacientes y dedicados en el cultivo de maíz y la calabaza, aprendieron a procesar el bazago del mezcal como alimento, diestros acechado los bisontes, venados y conejos para alimentarse y vestirse con sus pieles, el año pasado en Sierra de la Campana, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llevaron a cabo el registro de pinturas rupestres que fueron plasmadas por esta etnia.
Se trata de una serie de manifestaciones gráfico-rupestres, de aproximadamente 700 años de antigüedad, se descubrió en el interior de la Cueva del Oso, a poco más de 69 kilómetros de la ciudad de Chihuahua las figuras aluden a rituales vinculados con la caza y el agua.
La actualidad nos muestra todo lo que la civilización ha creado, nos deslumbramos con la modernidad que nos da tantas comodidades y nos hace olvidar quien estuvo antes que nosotros y amo esta tierra como ahora lo hacemos, nuestro Chihuahua nos abre los brazos y nos cuenta historias que nos hacen imaginar cómo se forjo nuestro estado y de donde proviene tantas de las costumbres que aun mantenemos vivas, un servidor los invita a seguir semanalmente una nueva etnia, una nueva historia que nos relatara por medio de sus personajes y costumbres el orgullo de ser de esta tierra, aventurarnos a conocerla y sentirnos grandes como el mismo Chihuahua.
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