¿Quieres viajar a Egipto y no sabes qué lugares conocer? Te dejamos una guía con algunas propuestas típicas y otras más originales para tu visita al país.
Si pensamos en un destino que al menos una vez en la vida ha pasado por nuestra mente, seguramente surge Egipto como opción más común.
Este país del norte de África es perfecto para quienes disfrutan de “viajes en el tiempo”, ya que te permite recorrer a través de sus antiguas ciudades y monumentos, lo más de 5.000 años de historia que ostenta la nación.
Histórica, magistral y fascinante, Egipto es un destino apasionante y muy demandando ahora que la pandemia ha permitido dar una vuelta, retomar los viajes casi de manera normal.
En un lugar así, es difícil saber por dónde empezar o qué conocer. Por ello, te dejamos propuestas de parajes o atracciones de Egipto que no te puedes perder, algunas de ellas, no tan comunes.
Eso sí, no podemos continuar sin antes recomendarte que te informes y tramitar los documentos que necesitas para entrar al país, como por ejemplo, la visa egipcia para mexicanos, entre otros requisitos.
El Cairo
Sin duda que no hay mejor forma de comenzar este recorrido que por El Cairo, la colorida, bulliciosa y milenaria capital de Egipto. Aquí vale la pena destacar varias cosas.
Esta ciudad rebosa de atractivos culturales y un rico patrimonio histórico que se extiende más allá de sus famosos museos. En sus calles se pueden encontrar monumentos centenarios y cómo no, las Pirámides de Giza, una auténtica maravilla del mundo.
El Cairo Islámico es el epicentro histórico de la ciudad y cuenta con algunos de los barrios de más ambiente de la capital. Vale la pena perderse por sus callejones.
Son para obligada las llamativas vistas desde la Ciudadela y las antiguas puertas de la ciudad: Bab Zuweila, Bab al-Futuh y Bab an Nasr.
Con mucha presencia religiosa, edificaciones como la antigua mezquita de Muhammad Ali, la mezquita de Ibn Tulun y la mezquita de Al-Hakim son especialmente increíbles.
Tampoco te puedes perder la calle Muizz, famosa por sus monumentos y el bazar de Khan El-Khalili, para quienes deseen llevar el típico recuerdo del viaje y tengan buenas habilidades de regateo.
La capital también está el barrio Copto, que alberga el Museo Copto, la Iglesia Colgante y las torres de la desaparecida fortaleza de Babilonia. Este es el punto central de la minoría cristiana de Egipto desde el siglo I de nuestra era.
Luxor
Esta opción propone un interesante contraste. La moderna ciudad egipcia de Luxor es la sede de la milenaria ciudad antigua de Tebas.
Sus templos son conocidos por albergar, teóricamente, un tercio de los monumentos antiguos del mundo. No en vano se le denomina “el mayor museo al aire libre del mundo”.
Tebas, antiguamente la capital del “Alto Egipto”, recientemente reabrió la Avenida de las Esfinges y una antigua vía que conecta el templo de Karnak, que incluye el famoso templo de Amón-Ra, y templo de Luxor, uno de los mejores conservados del país.
Otra visita para los amantes de la historia y esta fascinante cultura son los templos de Hatshepsut y de Medinet Habu.
Además, es recomendable atravesar el río hasta el Valle de los Reyes, el lugar de se encuentran los restos milenarios de Tutankamón, Seti I y Ramsés II.
Siwa
Nos alejamos un poco de las grandes ciudades para adentrarnos en propuestas que contacten más con el lado menos explorado del país.
La localidad de Siwa, oeste de Egipto, alberga el oasis homónimo y es hogar de los beduinos de Siwa, quienes hasta el sol de hoy pueden mantener su estilo de vida tradicional.
Siwa es descrita como “el Oasis del Atardecer”, por sus magistrales puestas de sol. Son incomparables y sencillamente las mejores del país norafricano.
Se puede disfrutar este espectáculo natural desde distintos puntos de observación como la cima de la montaña de Dakrour o las ruinas de la fortaleza de Shali.
También es recomendable disfrutar el atardecer desde la serenidad de las islas de Taghaghien o de Fatnas, se le promete una puesta de sol inolvidable.
Siwa es también conocido por ser un punto de partida para el Gran Mar de Arena (el tercer campo de dunas más grande del mundo).
Además, cuenta con manantiales tanto de agua cálida y fresca en los que se puede nadar, así como lagos salados para relajarse suspendido en sus aguas salinas.
No te puedes ir de Siwa sin probar sus dátiles, conocidos en todo el país. Tanto es así que la localidad celebra cada noviembre el Festival del Dátil de Palma de Siwa.
Abu Simbel
Es otro de los Patrimonios Mundiales de la Unesco de Egipto, es un importante emplazamiento arqueológico de Egipto conformado por una serie de templos. Se ubica en la ribera occidental del lago Nassar.
El templo fue construido por Ramsés II para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh, es decir, se erigió como un símbolo del poderío de Egipto y esta majestuosidad se puede evidenciar claramente a pararse ante sus fachados.
Originalmente ubicado en el Nilo, Abu Simbel fue desarmado pieza por pieza y reconstruido en lo alto de las orillas del lago Nassar.
Es sin duda una visita menos tradicional que las propuestas que mueven originalmente a miles de turistas hacia Egipto.
Parque Nacional del Desierto Blanco
De la riqueza histórica de ciudades como El Cairo y Luxor pasamos a la maravilla natural del Desierto Blanco, con sus características y gigantescas formaciones rocosas calcáreas de color blanco que sobresalen en medio del desierto.
Probablemente, una de las postales naturales más originales de Egipto.
Estas formaciones rocosas han sido producto de miles de años de erosión y dan lugar a montículos de polvo que generan la ilusión de ser gigantes “hongos de piedra”.
Es posible acampar bajo las estrellas en este mítico desierto rodeado por enormes piedras blancas erguidas.
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