Ni la lluvia que apareció de improviso, ni el viento en contra, ni los truenos en el cielo. Nada puede con Usain Bolt.
El fenomenal jamaiquino recuperó el domingo su título mundial en los 100 metros.
Bolt fue exigido a lo largo de la carrera sobre el tartán azul del estadio Luzhniki de Moscú, pero la fuerza de sus zancadas abrumó a sus rivales para ceñirse la corona que hace dos años cedió en Corea del Sur al ser descalificado por una salida en falso.
Fue una típica exhibición de Bolt: una arrancada lenta, seguida por un impulso incontenible de velocidad.
“Sólo vine para ejecutar bien mi carrera y ganarla”, dijo Bolt. “Esa es mi especialidad”.
Tal vez este Bolt de 2013 no sea el mismo fuera de serie de 2008 y 2009, los años en los que se divertía de lo lindo triturando récords mundiales.
Bolt cantó victoria con un tiempo de 9.77 segundos, a 19 centésimas de la plusmarca que estableció en el Mundial de Berlín 2009.
El estadounidense Justin Gatlin, quien lideró tras la salida, se colgó la medalla de plata con 9.85. El jamaiquino Nesta Carter se llevó el bronce al cronometrar 9.95.
“Querían una final épica en la lluvia y eso tuvieron”, dijo Gatlin, el campeón olímpico de Atenas de 2004 que ha enderezado su carrera tras cumplir una suspensión de cuatro años por dopaje.
Gatlin, quien había derrotado a Bolt en Roma hace un par de meses, llegó como el único hombre capaz de ponerle cascabel al gato, después que el campeón vigente Yohan Blake (lesión) y Tyson Gay (dopaje) quedaron fuera del Mundial.
Todo parece servido en bandeja para que Bolt, quien se autodefine como “el atleta mejor dotado naturalmente que se haya visto”, consiga otro triplete de títulos en la velocidad. Le tocan los 200, donde es prácticamente invencible. Y la cuarteta del relevo 4×100 de Jamaica es impresionante, puesto que Kemar Bailey-Cole y Nickel Ashmeade entraron cuarto y quinto, respectivamente en la final del domingo.
Lo demás que llama la atención de este Bolt, ahora con 26 años, es que ahora luce sobrio, alguien que ha dejado de desacelerar el paso en los últimos metros para hacer gestos histriónicos al tener asegurado su triunfo.
Ahora, cruza la meta con el rostro serio. Transcurrieron varios minutos para que Bolt hiciera la pose del “Rayo” que es su sello personal. Los rusos le dieron una serenata al hacer que sonara por los parlantes del estadio “Three Little Birds”, el clásico de Bob Marley.
“Todo está bien, estoy contento. He recuperado mi título, que era mi único objetivo”, señaló Bolt. “En ningún momento estuve preocupado. Yo sé de lo que soy capaz. Sabía que Gatlin iba a ser mi principal adversario, pero lo tenía bien cubierto
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