Estados Unidos (VOA) – Los contornos del debate en torno a la decisión de política monetaria de la Reserva Federal del próximo mes quedaron más claros el lunes, cuando los funcionarios expusieron los argumentos a favor y en contra de otra subida de las tasas de interés.
“El debate gira en torno a: ¿Necesitamos otra subida de tasas? ¿o no? Creo que estamos bastante cerca de lo que sería una tasa máxima”, dijo el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, en una entrevista con el New York Times en la que expresó cierta confianza en que la inflación subyacente estaba en una senda descendente.
“Creo que ya nos estamos moviendo hacia un entorno en el que la tasa de inflación subyacente ha descendido bastante”, afirmó Williams en la entrevista, realizada el 2 de agosto y publicada este lunes.
Williams, vicepresidente y miembro con voto permanente del Comité Federal de Mercado Abierto, que fija la política monetaria, dijo que las medidas de inflación elaboradas por la Reserva Federal de Nueva York sugieren que el ritmo de aumento de los precios podría ralentizarse hasta situarse en el 2,5% anual a finales de año, muy cerca del objetivo del 2%.
En declaraciones separadas a un evento comunitario -“Fed Listens”- celebrado en Atlanta, estado de Georgia, la gobernadora de la Fed, Michelle Bowman, afirmó que la combinación de una inflación aún elevada y un continuo crecimiento económico implica que es probable que se produzcan nuevas subidas de tasas.
“Apoyé la subida de la tasa de interés de los fondos federales en nuestra reunión de julio, y espero que probablemente sean necesarias alzas adicionales para reducir la inflación hasta el objetivo (del Comité Federal de Mercado Abierto)”, dijo, refiriéndose a la tasa de interés de referencia a un día del banco central, que actualmente se sitúa entre el 5,25% y el 5,50%.
“Buscaré pruebas de que la inflación sigue una senda descendente coherente y significativa cuando considere si serán necesarios nuevos aumentos de la tasa de interés de los fondos federales, y cuánto tiempo deberá permanecer… en un nivel suficientemente restrictivo”, aseguró Bowman.
El índice de precios de los gastos de consumo personal, medida preferida de inflación de la Fed, se situó en junio en el 3% anual, mientras que, excluidos los volátiles precios de los alimentos y la energía, se ubicó en 4,1% y ha mostrado un progreso más lento en los últimos meses hacia el objetivo.
La Reserva Federal subió las tasas un cuarto de punto porcentual al final de su reunión del 25 y 26 de julio, y las proyecciones más recientes de los responsables de política monetaria muestran que la mayoría espera una alza más para finales de año.
Sin embargo, los últimos datos muestran una desaceleración de la inflación más rápida de lo previsto, y muchos analistas anticipan que podría estar desarrollándose una tendencia “desinflacionaria” favorable a la Fed.
Los inversores en contratos vinculados a la tasa de interés oficial de la Fed apuestan actualmente en contra de nuevas subidas, y esperan que la próxima medida del banco central sea un recorte de las tasas en los primeros meses del año próximo.
Williams dijo que si la inflación sigue descendiendo, sería apropiado reducir el costo del crédito el año que viene para que la tasa de interés “real” ajustada a la inflación no aumente por inacción.
“Suponiendo que la inflación siga bajando… entonces, si no bajamos las tasas en algún momento del año que viene, las tasas de interés reales subirán, y subirán, y subirán. Y eso no será coherente con nuestros objetivos”, dijo Williams. “Desde mi punto de vista, seguir manteniendo una postura restrictiva puede muy bien implicar recortar las tasas de los fondos federales el año que viene”.
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