Con responder al menos un Sí, debe acudir a revisión a la unidad médica correspondiente, ya que si se identifican a tiempo, el 80 por ciento de los casos tienen grandes posibilidades de curarse
Chihuahua, Chih. – El cáncer en niñas, niños y adolescentes no puede prevenirse pero sí curarse, en caso de ser detectado a tiempo, por lo cual la Secretaría de Salud Chihuahua da a conocer signos y síntomas de alarma que todo el tiempo deben de verificar madres, padres y tutores.
Actualmente se aplica un cuestionario de 30 preguntas enfocadas al comportamiento de la o el menor, en el cual con tan solo un sí, deben llevarla o llevarlo a la unidad médica correspondiente para realizar un análisis que detecte o descarte la enfermedad.
Los aspectos a considerar son los siguientes:
- Fiebre mayor a 38°C, por más de siete días sin causa aparente.
- Dolor de cabeza, persistente y progresivo, de predominio nocturno y que despierta al menor, o aparece al momento de levantarse y puede acompañarse de vómito.
- Dolores óseos unilaterales que han aumentado progresivamente en el último mes e interrumpen su actividad.
- Moretones o sangrados sin explicación.
- Palidez palmar o conjuntival severa.
- Leucococria (ojo blanco).
- Estrabismo que ha ido apareciendo.
- Alteración en la visión (borrosa, doble o ceguera súbita).
- Aniridia (falta de iris).
- Hifema (sangre en el ojo) y/o proptosis (ojo saltado).
- Ganglios mayores a 2.5 centímetros de diámetro, duros, no dolorosos.
- Convulsión sin fiebre ni enfermedad neurológica de base.
- Debilidad unilateral (una de las extremidades o un lado del cuerpo).
- Asimetría física (facial).
- Cambios del estado de conciencia o mental (comportamiento, confusión).
- Pérdida del equilibrio al caminar.
- Cojea por dolor.
- Dificultad para hablar.
- Masa palpable en abdomen, riñón, hígado, bazo u ovario.
- Hepatomegalia (agrandamiento del hígado) y/o esplenomegalia (agrandamiento del bazo).
- Crecimiento asimétrico testicular.
- Masa palpable en alguna región del cuerpo, extremidades o tronco.
- Pérdida de apetito en los últimos tres meses.
- Pérdida de peso en los últimos tres meses.
- Cansancio o fatiga en los últimos tres meses.
- Sudoración nocturna importante, sin causa aparente.
- Linfadenopatía dolorosa o con evolución menor a cuatro semanas o con diámetro menor a los 2.5 centímetros o consistencia no dura.
- Aumento de volumen en cualquier región del cuerpo con signos de inflamación.
De todos los casos que se detectan a tiempo, el 80 por ciento tiene grandes posibilidades de curación, por ello es necesario observar constantemente a niñas, niños y adolescentes para ser capaces de descubrir a tiempo cualquier anomalía en su salud.
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