La compra de una residencia de lujo por parte del alcalde de Chihuahua ha generado dudas sobre su financiamiento y posibles irregularidades fiscales.
Chihuahua, Chih. (ADN/Staff) – La reciente adquisición de una residencia valuada en 17 millones de pesos por Marco Antonio Bonilla Mendoza, alcalde de Chihuahua, ha suscitado polémica y críticas sobre la legitimidad de la operación. La propiedad, ubicada en el exclusivo Fraccionamiento Bosques del Rejón, fue comprada un día después de las elecciones municipales en las que Bonilla obtuvo su reelección, lo que ha levantado sospechas sobre la procedencia de los fondos y la transparencia en el proceso.
El inmueble, con un terreno de 512 metros cuadrados y una construcción de 659 metros cuadrados, cuenta con lujosas comodidades como tres recámaras con vestidor y baño privado, terraza, cochera para tres vehículos y un área de asador. La venta se formalizó por un monto de 8.5 millones de pesos ante un notario público, aunque el valor comercial de la propiedad es significativamente mayor, lo que ha generado especulaciones de fraude fiscal.
Los señalamientos fueron amplificados por los conductores del programa El Punto G de la Política, quienes destacaron la discrepancia entre el precio registrado en la compra-venta y el valor de mercado, el cual supera los 17 millones de pesos. Según Toño Piñón, uno de los conductores, esta diferencia podría implicar irregularidades en el pago de impuestos como el predial y la traslación de dominio. “Es obviamente corrupción… desvío, peculado”, expresó Piñón durante la transmisión, señalando que este tipo de operaciones afecta la credibilidad en las instituciones públicas.
Otro punto que ha generado controversia es la capacidad financiera del alcalde para adquirir una propiedad de tal magnitud. Bonilla Mendoza ha trabajado exclusivamente en el servicio público, con un salario mensual que no supera los 60 mil pesos durante su tiempo como funcionario. Sumando sus ingresos como director de Desarrollo Humano y presidente municipal, no alcanzaría los seis millones de pesos, lo que refuerza las dudas sobre cómo pudo financiar una residencia de ese precio. Según se ha informado, Bonilla realizó un pago inicial de dos millones de pesos en efectivo y el resto fue cubierto mediante créditos con Scotiabank y Banorte.
Este escándalo ha tenido implicaciones más allá del ámbito local, dado que Marco Bonilla ha sido señalado como uno de los posibles candidatos a la gubernatura de Chihuahua en 2027, respaldado por la actual gobernadora, María Eugenia Campos. La polémica sobre la compra de esta residencia podría afectar su imagen pública y la confianza de los electores, quienes han cuestionado la coherencia entre su discurso de origen humilde y su actual estilo de vida.
En medio de estas acusaciones, el alcalde aún no ha dado una explicación pública detallada sobre la operación ni ha respondido a las críticas que han surgido en su contra. La falta de una aclaración ha intensificado la presión de la ciudadanía, así como de líderes políticos como la diputada morenista Rosana Díaz, quien ha insistido en que el alcalde debe rendir cuentas y transparentar el proceso para disipar cualquier duda sobre su conducta.
El caso de Marco Bonilla pone de relieve los riesgos de corrupción en el manejo de bienes inmuebles por parte de funcionarios públicos, un tema recurrente en la política mexicana que sigue despertando indignación en un país donde la transparencia sigue siendo un desafío.
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