El candidato republicano advierte que buscará llevarse la industria automotriz, disparando el dólar y encendiendo alarmas en México.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Staff) – Las declaraciones del expresidente Donald Trump sobre la posibilidad de imponer aranceles de hasta 500% a los automóviles fabricados en México provocaron un fuerte impacto en los mercados, elevando el tipo de cambio a 19.95 pesos por dólar y poniendo en jaque la industria automotriz, uno de los pilares económicos del país.
El anuncio genera preocupación en Ciudad Juárez y en toda la frontera, donde miles de familias dependen del sector manufacturero y maquilador.
La industria automotriz representa una de las fuentes de empleo más importantes para Juárez. Al menos 67,873 trabajadores de esta ciudad están vinculados a este sector, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que implica que una de cada diez personas empleadas localmente podría verse afectada.
La amenaza de relocalización de fábricas hacia Estados Unidos, impulsada por las promesas de campaña de Trump, golpea directamente a estas familias y a toda la cadena de suministro que abastece a las ensambladoras y productoras de autopartes.
En la frontera norte de México, donde 14 ciudades dependen de la actividad industrial, 183 mil 125 familias están vinculadas a esta industria, mientras que en los estados fronterizos el número asciende a 583 mil 217 empleos.
A nivel nacional, el sector automotriz sostiene más de 1.2 millones de puestos de trabajo, todos ellos ahora sujetos a la incertidumbre que genera el contexto electoral estadounidense.
La preocupación no es solo por el efecto inmediato que los aranceles podrían tener en las exportaciones mexicanas, sino también por la posibilidad de que Trump impulse la repatriación de otras industrias estratégicas, como la electrónica y la de semiconductores.
“Aunque resulte incosteable para las empresas, lo que a Trump le interesa es la polémica y mantener su base electoral”, señalaron analistas locales, recordando que ya en el pasado modificó el TLCAN para transformarlo en el T-MEC, priorizando su agenda política.
Ante esta situación, los expertos coinciden en que el gobierno mexicano debe actuar con rapidez y visión a largo plazo. En el corto plazo, es esencial que México busque defensas dentro del T-MEC para mitigar los impactos de los aranceles y proteger la estabilidad de la industria.
En el mediano y largo plazo, el país debe trabajar en el fortalecimiento de su producción interna, desarrollando sus propias marcas y promoviendo la autosuficiencia en sectores clave.
La ausencia de una política industrial clara ha generado que México pierda cerca del 10% de su productividad en el sexenio anterior, un retroceso que hace más urgente la implementación de estrategias conjuntas entre el gobierno y la iniciativa privada.
“El camino para enfrentar los riesgos externos es claro: producir más, generar riqueza y mejorar la calidad de vida de los trabajadores”, señalaron empresarios locales durante un evento reciente sobre la industria de chips en Juárez.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, programadas para el 4 de noviembre, tendrán repercusiones profundas para la economía mexicana.
La amenaza de Trump pone en relieve la necesidad de una política comercial y de autosuficiencia alimentaria robusta, así como de relaciones exteriores sólidas que permitan hacer frente a cualquier escenario adverso.
Para Ciudad Juárez, la situación subraya la importancia de contar con una estrategia económica diversificada que garantice empleos sostenibles y reduzca la dependencia de la maquila.
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