Con la finalidad de recibir un mayor número de niños, la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez (UTCJ) realiza con recurso propio una ampliación y remodelación en su estancia infantil, y se contempla que este anexo quede terminado en un mes y medio.
Este Centro de Bienestar Infantil de Carácter Social se ubica hacia la parte sur de esta casa de estudios, que dirige el licenciado Ernesto Luján Escobedo, actualmente atiende a 75 niños otorgándoles dos comidas mientras permanecen ahí.
Los costos para los trabajos de ampliación ascienden a 298 mil pesos, más otros 47 mil por cuestiones de fachada, dio a conocer este día personal de esta institución educativa de nivel superior.
Esta estancia infantil se fundó en el 2009, mediante de un proyecto Municipio-Universidad, planteándose el poder contar con un espacio en el cual los hijos de los estudiantes y personal de la UTCJ, así como de la comunidad más cercana al plantel, pudieran contar con un lugar donde dejaran a sus niños.
Además, que estuvieran bajo el cuidado de personas trabajadoras de esta misma institución, con la intención de abatir los índices de violencia y abandono, dijo Elvira Arcelús Pérez, subdirectora de Desarrollo Académico en esta Universidad.
“Durante el tiempo que la estancia infantil ha trabajado se han atendido alrededor de 75 niños en dos turnos, matutino y vespertino, sin embargo vemos que el espacio no es suficiente”, dio a conocer.
Actualmente cuenta con dos salas y una cocina, la primera se utiliza para comedor y al mismo tiempo para realizar actividades, mientras que la segunda está destinada para usos múltiples separando a los niños por edades.
“El espacio es muy pequeño y dada esta situación y el incremento de infantes se ha estado buscando la posibilidad de ampliar a una tercera sala, y obviamente con la ampliación buscar la remodelación de la estancia”, mencionó.
Por tanto, el Rector de esta Universidad está muy interesado en darle un cambio a la figura de este lugar, pero también ampliarlo para atender a un número mayor de menores.
“Tenemos una lista de espera que nos indica que tanto alumnos como docentes y gente de la comunidad está interesada en el servicio, pero no tenemos la capacidad para albergar más niños. La estancia infantil no es una guardería, la edad mínima para que un niño ingrese es de 4 años, siempre y cuando ya esté matriculado en Kínder, y hasta los 12 años”, explicó Arcelús Pérez.
En ese tiempo están bajo el cuidado de personal capacitado para poderles atender y darles el servicio que requieren los padres de familia, en la generalidad los estudiantes y docentes que gran parte de su tiempo están aquí.
Se considera que ahora con la tercera sala habrá mayor captación de infantes en espera de un lugar, para que alumnos, personal de la UTCJ y gente de la comunidad cercana al plantel estén seguros de que sus hijos se encuentran en un espacio donde se les va a cuidar bien, y así estén tranquilos mientras desarrollan sus actividades de estudiantes y trabajadores.
El Rector de esta Universidad ha mostrado mucho interés en que se proporcione un cuidado de calidad en este lugar, para que los alumnos en su caso no se vean en la necesidad de tener que desertar de esta casa de estudios.
Y es que el hecho de que un estudiante no tenga en dónde dejar a sus hijos, muchas veces le impide continuar con sus estudios, por lo que la institución puede proveerles la seguridad de que sus hijos van a estar bien para que no interrumpan el curso de sus carreras por no tener donde dejar a los infantes.
“Yo creo que ese es uno de los impactos más grandes que tiene esta estancia infantil en su comunidad educativa. Bajo la perspectiva de responsabilidad social, la Universidad es quien paga el costo tanto de la ampliación como de la remodelación, al 100 por ciento, es un ingreso propio”, agregó la subdirectora de Desarrollo Académico de la UTCJ.
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