Ciudad Juárez, Chih. – La convivencia social entre los niños para establecer mejores relaciones, poner límites, ejercitar el respeto, así como desarrollar habilidades artísticas, es parte de lo que aprendieron los más de 300 niños que participaron en el Verano Creativo “Alas y Raíces” que se realizó en tres sedes: los centros comunitarios Parque Central (en las instalaciones de la Subsecretaría de Desarrollo Social de la Frontera Norte) Fray García y Riveras del Bravo.
Los talleristas, que pertenecen al centro multidisciplinario de aprendizaje y terapias “Alas y raíces”, enseñaron a las niñas y niños diferentes maneras de representar el arte.
Roberto Beltrán, quien impartió el taller Mi alebrije y yo, dentro del Verano Creativo “Alas y Raíces”, explicó que este taller fue más encaminado a la experimentación plástica, pues el niño o niña aprendió varias técnicas.
“El niño desarrolló el conocimiento de dibujo básico, figuras geométricas, color, forma, cómo se crean los colores con los básicos y secundarios. La segunda etapa tuvo que ver con que el niño hizo un análisis de su personalidad”, añadió.
Por medio de la creación de un alebrije, los niños y niñas crearon una creatura con la conformación de tres animales, objetos o plantas. Debieron elegir el que le inspiraba fortaleza, uno que provocara sus miedos o pesadillas, y uno que perteneciera al mundo fantástico.
“Cuando al niño lo ponemos a formar sus miedos o virtudes, y las resume en un símbolo, entra en un proceso de creación muy interesante, porque empieza a hacer una proyección de su subconsciente”, mencionó el tallerista.
Además, como parte del mensaje que dio a los más de 50 niños y niñas (de la sede Parque Central), se comprometió a visitar a los 15 que pertenecen a albergues de la ciudad.
Los niños y niñas aprendieron, además, bodypaint, danza y teatro. Mientras que en el Centro Comunitario Riveras del Bravo aprendieron a crear una historia, experimentaron con colores y conocieron cuáles son los derechos que deben defender.
Asimismo, en el Centro Comunitario Fray García de San Francisco aprendieron sobre literatura, música, hulahoop y malabares.
Como parte de la conclusión de este Verano Creativo, los niños y niñas expusieron los trabajos que realizaron a lo largo de las dos semanas que duró.
“Es un ejercicio de construcción muy interesante, que concluye cuando el niño se confronta con el espectador, con sus papás o sus demás compañeros que le preguntan sobre su trabajo. Cuando el niño lo cuenta, el niño se reconoce así mismo”, concluyó Roberto Beltrán.
Verano creativo fue un proyecto conjunto entre la Subsecretaría de Desarrollo Social de la Frontera Norte, la Secretaría de cultura y “Alas y raíces”.

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