Considera que la nueva administración debe ir más allá de los discursos para fomentar un crecimiento económico sostenible y reducir la desigualdad.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Staff) – El exsenador Rafael Espino de la Peña emitió su opinión sobre la reciente sucesión presidencial, calificándola como sobria y alineada con las expectativas. Sin embargo, subrayó que, más allá de la ceremonia y los discursos, el verdadero reto de la nueva administración radica en la implementación de políticas públicas efectivas que impulsen la economía y reduzcan la desigualdad social.
Espino indicó que, en el contexto económico actual, se requieren medidas claras para generar certidumbre y atraer inversión tanto nacional como extranjera. “En materia económica, se requerirán más allá del discurso, políticas públicas que generen certidumbre a la inversión y a mejorar la desconcentración de los mercados”, señaló, haciendo hincapié en la necesidad de que el gobierno establezca un entorno favorable para el desarrollo económico. El exsenador destacó que México cuenta con factores favorables para promover un crecimiento económico superior al 2.5% anual, por lo que la implementación de políticas adecuadas será crucial.
En su análisis, Espino también abordó la problemática de la desigualdad en el país. Reconoció que los programas asistenciales son importantes, pero advirtió que deben ser complementados con estrategias que impulsen la formalización del empleo y mejoren las condiciones del mercado laboral. “Mayor énfasis en abatir la desigualdad, no solo a través de los programas asistenciales, sino combatiendo la informalidad. Mejorar el tránsito a la formalidad”, puntualizó. Con esto, el exsenador sugiere que la informalidad es uno de los principales obstáculos para la equidad económica y el crecimiento sostenido del país.
La postura de Espino de la Peña refleja una visión crítica y propositiva ante los desafíos que enfrenta la nueva administración. Según el exsenador, la clave estará en diseñar políticas económicas que no solo se centren en el crecimiento, sino también en la inclusión y la equidad. Sugiere que se deben atacar las raíces estructurales de la desigualdad, como la informalidad laboral, para lograr un desarrollo económico más justo y sostenible.
En un escenario donde se busca consolidar la Cuarta Transformación y el “Humanismo Mexicano” propuesto por la nueva presidenta, las declaraciones de Espino invitan a una reflexión profunda sobre las estrategias que el gobierno deberá seguir para alcanzar un verdadero equilibrio entre el desarrollo económico y la justicia social.
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