Con la presencia del Edil Suplente Javier González Mocken en representación del Presidente Municipal, Enrique Serrano Escobar y el Cónsul General de Estados Unidos en Juárez, Ian Brownlee, se llevó a cabo la graduación de 150 niños de quinto y sexto año, que cursaron el Programa de Habilidades para la Vida y Educación de la Paz.
El evento se realizó en la Escuela Primaria Paso del Norte, de colonia Riveras del Bravo etapa 8, donde 150 infantes participaron por varias semanas en Programa auspiciado por la Organización Crecimiento Humano y Educación para la Paz A.C (Chepaz) y el Programa para la Convivencia Ciudadana de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
En su mensaje, González Mocken, dijo que el Municipio está muy agradecido por el trabajo que está realizando en polígonos de pobreza como Riveras del Bravo, tanto Chepaz, como USAID, a través del patrocinio de las autoridades norteamericanas, encabezadas por el Consulado de Estados Unidos en Juárez.
Añadió que éste tipo de programas son importantes para la ciudad porque contribuyen al restablecimiento del tejido social, que en años recientes fue sacudido por los altos índices de delincuencia y los retos económicos de la comunidad, por lo que representan un alivio para todos los niños que cursaron el programa.
Mientras tanto Brownlee, reconoció el compromiso de Chepaz para promover el desarrollo integral de la niñez en Juárez y expresó que los niños graduandos representan la esperanza de un mejor futuro.
El programa ha sido un acierto, porque gracias a las estrategias del Programa Habilidades para la Vida y Educación para la Paz, y la atención a víctimas de la violencia, los niños y niñas de Juárez, tiene ahora la habilidad de enfrentar los conflictos, sus orígenes y su resolución de forma pacífica, puntualizó.
Agregó que los niños han aprendido a aceptarse y aceptar a los demás como personas diferentes y ahora son capaces de construir relaciones productivas, a identificar los problemas y sus orígenes y a reconocer sus propias necesidades.
“Aprendimos a reconocer nuestras emociones sin lastimar a los demás, aprendí a resolver los problemas sin golpes, escuchando y respetando como se siente el otro, después del taller yo ya casi no me enojo cuando me buscan pleito, sólo los ignoro”, dijo Ángel Alfonso Mejía López, alumno de sexto año.
En su mensaje la directora ejecutiva de Chepaz, Gabina Burciaga, dijo a los niños ahí reunidos que le indigna cuando uno de ellos sufre maltrato, por lo que siente orgullo que el programa enseñe a ser tolerantes, a reconocer y expresar las emociones dentro de un espacio de paz.
A su vez el director de la Escuela, David Moreno, expresó que los programas auspiciados por USAID y Chepaz, contribuyen a erradicar el ciclo perverso de la violencia, pues la educación es para todos, no sólo para los alumnos sino también para los padres de familia.
Reconoció que bajo el esquema actual, es prácticamente imposible para las autoridades educativas brindar una educación comunitaria por si solas, sino que se requiere el apoyo de organizaciones cono la USAID y Chepaz, pues ello permite que la población en general reciba soporte psicológico y preventivo de conflictos que de otra manera no serían posible.
En el evento estuvieron presentes además Ceara O’Carroll, experta de USAID en Programas de Participación Comunitaria, David Moreno, Servando Flores, Inspector de la Zona 74 y Antonio Iskandar, Director del Programa para la Convivencia Ciudadana.
Chepaz forma parte de los esfuerzos del Programa para la Convivencia Ciudadana para mitigar los factores de riesgo que hacen que niños y jóvenes se vean envueltos en actividades que conduzcan a la violencia y al delito.
Los objetivos del programa son entre otros: la construcción de redes sociales de apoyo y, en el seno de estas redes, la aceptación incondicional del niño como persona, el amor propio y el sentido del humor por medio del juego y el desarrollo de relaciones satisfactorias con los demás y la toma de conciencia, que es la capacidad de identificar los problemas y sus orígenes
El programa se desarrolla en un lapso de ocho sesiones, en sesiones de 2 a 3 horas cada una. Los estudiantes participan en actividades lúdicas que les permiten adquirir destrezas y habilidades de comunicación, cohesión grupal, expresión de sentimientos y resolución de conflictos.
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