Una vez más queda de manifiesto que si nuestra querida Ciudad Juarez no tiene el lucimiento de una gran urbe, no es por falta de recursos económicos, que los hay, y bastantes, sino por el derroche, el desdén y/o la indolencia de quienes tienen la tarea de administrarlos.
Van algunos botones a manera de muestra.
Empecemos con el Centro Cultural Paso del Norte (CCPN), que, aunque hoy es el espacio histriónico mas concurrido de nuestra ciudad hoy en día, tardó la friolera de 15 años en ser concluida su construcción. Así es, la obra se inició en el año del 92, siendo alcalde el C.P. Jesus Macias Delgado, y gobernador del Estado Fernando Baeza Melendez.
En el caso del CCPN, confluyeron distintos factores, desde los legales hasta los políticos. Por una parte, la empresa que inicialmente inicio la construcción incumplió con el contrato, lo que detuvo la obra y esta se entrampó en un largo litigio. Aunado a lo anterior, la ciudad -y el país- estaban siendo transformados por los vientos de la democracia.
El otrora partidazo, el PRI, dejaría el poder municipal por un largo periodo, precisamente a partir del 92. Las nuevas autoridades, esta vez del PAN, tenían retos más apremiantes que el de empujar la construcción de un teatro.
En el inter, para variar, se perdieron sumas millonarias en equipo que ya había sido comprado para equipar el recinto teatral. A final de cuentas algo se salvó de la destrucción y las nuevas butacas, así como algo del sonido, fueron a dar al viejo Auditorio Municipal Benito Juarez, afortunadamente.
No seria hasta el regreso del PRI al poder, ahora en la figura del gobernador Jose Reyes Baeza, que se le volvió a dar impulso a la obra, logrando finalmente su conclusión e inauguración el 2 de diciembre del 2006, no sin antes haber modificado el proyecto original, lo cual representó, desde luego, un sobre costo importante.
Otro de los ejemplos más que significativos sobre lo que es el derroche de recursos de l@sjuarenses y el me vale M@#$dre de quienes han dirigido los destinos de nuestra ciudad lo tenemos en el ahora llamado Juarez Bus. Este, tan necesario y valioso servicio de transporte, que, al día de hoy, mueve a miles y miles de juarenses de manera segura y digna ¡tardo poco más de 20 años en funcionar!
El proyecto lo echo a andar el tristemente célebre y hoy autoexiliado Jose Reyes Ferriz, en su calidad de presidente del Concejo municipal, luego de que el IEE hubo de cancelar las elecciones de aquel 2002 debido a las marrullerías del alcalde panista Gustavo Elizondo.
Tenia Reyes Ferriz justo un año para convencer a l@s juarenses de que la mejor opción política para nuestro futuro era …el PRI. No lo logró.
Pero eso no obstó para que durante ese breve año de gobierno interino se gastara no menos de 100 millones de pesos en la compra de camiones y paraderos que se fueron a la basura al volver a perder las elecciones el PRI.
Con el panista Alfredo Delgado a la cabeza de la administración municipal, el proyecto durmió el sueño de los justos, y ni siquiera porque en las elecciones del 2004 regreso el PRI al gobierno municipal, de la mano de Hector “Teto” Murguía, se revivió la obra, ocupado como estaba el “Teto” en otra de las obras eternas, su “X” Monumental.
Del 2007 al 2010 regresa al gobierno municipal Reyes Ferriz, y, no faltaba más, vuelve a gastar otros 500 milloncillos para rehabilitar la infraestructura que había sido prácticamente abandonada por sus sucesores. Para mala suerte de los juarenses, no le alcanza el tiempo, y el proyecto, de nuevo se queda a medias.
De las siete rutas proyectadas, solo quedo funcionando una -al menos- la cual estuvo dando un servicio medianamente aceptable, y no seria hasta el 2020, con Javier Corral a la cabeza del gobierno estatal, que se volvieron a gastar otros mil millones, para remodelar paraderos y volver a comprar camiones.
Finalmente, en el 2022, se echó a andar el sistema como lo conocemos hoy. Aunque todavía está incompleto, solo hay dos rutas troncales, por lo menos ya no ha dejado de funcionar, ¡veinte años después de iniciado!
Para completar esta crónica incompleta, el proyecto que está a punto de imponer un nuevo récord, por lo menos en indolencia es el traído y llevado Centro de Convenciones, el cual ya lleva más de 20 años de planeación y de derroche.
La semana pasada, el tema saltó a la palestra, de nueva cuenta, porque se comentó que finalmente se concretaría su construcción en los terrenos del parque Central, lo cual, como era de esperarse, logró movilizar a grupos ambientalistas y ciudadanos que se oponen a que se utilicen espacios públicos para este fin a todas luces de índole comercial.
Durante esos más de veinte años, el hasta ahora fallido proyecto se le ha intentado ubicar en diversos lugares, sin poder concretar alguno. Se trató de ubicar en el viejo Galgodromo, en terrenos el Chamizal, y ahora en terrenos del Parque Central, todos fallidos por una u otra razón.
En el Galgodromo ya perdió viabilidad el proyecto debido a que en la misma área ya fue construido el nuevo hospital del IMSS a pesar de que se iniciaron obras de adecuación del área con un gasto millonario.
En el Chamizal, la idea se desecho debido a un estudio que demuestra la inundabilidad de la zona, amén de la oposición que grupos ambientalistas que desde un primer momento se opusieron a la idea, lo mismo ocurre ahora con el Parque Central.
Para darle una salida política al problema, el alcalde Perez Cuellar ya dijo que se va a llamar a un plebiscito, a ver que resulta de dicho ejercicio. Pero mientras tanto, la danza de los millones sigue: el actual administrador del llamado Fideicomiso 214 informo que todavía el año pasado se erogaron 1.7 millones de pesos, pero que esa cifra se redujo para este 2025 a “solo” 657 mil pesos.
En total, desde que se inició el proyecto allá en el lejano 2004, y a la fecha, se han gastado cerca de 300 millones de pesos, y no se ha puesto ni siquiera un ladrillo, y ni se ve para cuando.
Otro proyecto más, en eterna espera.
Es cuánto.

José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.