Dice el delegado de los Programas para el Desarrollo que existe suficiente espacio en los albergues para resguardar a los viajeros de Venezuela, pero prefieren mantenerse en el limítrofe en espera de una oportunidad para cruzar, cuando Estados Unidos estableció que debe ser por vía aérea.
Ciudad Juárez, Chihuahua (ADN / Martín Orquiz) – La permanencia de migrantes provenientes de Venezuela en la orilla del río Bravo, en espera de ser admitidos en Estados Unidos, se tornó en un conflicto social, expresó el delegado de los Programas para el Desarrollo, Juan Carlos Loera de la Rosa.
“Es un problema social el que estamos teniendo ahí en esta frontera… vamos a seguir tratando de convencerlos, seguimos con la brigada, platicamos con ellos”, señaló.
El funcionario federal dijo que, afortunadamente, hubo una respuesta positiva ya que personas y familias venezolanas se han relocalizado en el albergue Leona Vicario, por lo que se espera que el testimonio que obtengan los refugiados se pueda difundir entre la comunidad proveniente de ese país y que sepan que, en el Centro Integrador, estarán mejor que en el margen del río.
Dijo que el Gobierno Federal apoyará a los migrantes en todo momento con apego irrestricto a los derechos humanos, pero no puede ni debe obligar a estas personas a que dejen el bordo del río Bravo para que acudan a los albergues y sólo se les puede invitar a que vayan a donde tendrán mejores condiciones.
Loera de la Rosa mencionó que los albergues cuentan con todos los implementos para que su estancia sea digna y sin condiciones de riesgo, sobre todo para las y los niños y las personas más vulnerables.
“Lo que seguimos haciendo es, desde una perspectiva de defensa de los derechos humanos, de respeto irrestricto a ellos, convencerlos de que existen espacios que cuentan con condiciones dignas para ellos y no permanezcan ahí en el río, vulnerables a las condiciones del clima”, dijo.
Bienestar y el Gobierno Federal no puede ni debe obligarlos a dejar el lugar y a la fuerza no se puede hacer nada, pero sí pueden hacerles saber que corren peligro por las condiciones climáticas adversas.
Comentó que el Centro Integrador Leona Vicario tiene capacidad para dar albergue a 650 personas, pero se ampliará hasta 900, aunque la ocupación este día no llega a las 400, informó.
Añadió que ya se hicieron campañas de información sobre el procedimiento para ingresar de forma legal y ordenada a Estados Unidos, la que está muy clara e incluye tener pasaporte venezolano, así como ingresar a su territorio vía aérea.
Algunos de los ciudadanos de ese país que están aquí no cuentan con el documento, pero el Gobierno Federal se ofrece a pagarles el traslado a la Ciudad de México para que lo tramiten en la Embajada venezolana.
El país del norte, explicó Loera de la Rosa, ya dejó muy claro que los que están en la orilla del río Bravo no serán admitidos.
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