Desde que Donald Trump irrumpió en la política con su explosivo estilo, los mexicanos y la comunidad latina en general han estado en el centro de su retórica más polémica. ¿Su discurso es realmente una muestra de desprecio, o simplemente una jugada calculada para ganar votos? La respuesta, como casi todo en la política, no es tan sencilla.
Desde su primera campaña en 2016, Trump no ha tenido reparos en vincular a los inmigrantes mexicanos con problemas como el crimen, las drogas y la pérdida de empleos para los estadounidenses. A pesar de que expertos han desmentido una y otra vez estas afirmaciones, la narrativa ha calado hondo en ciertos sectores que ven la migración como una amenaza. Trump lo sabe y ha explotado esos temores como pocos políticos lo han hecho antes.
El famoso muro fronterizo es quizá el símbolo más claro de su discurso antiinmigrante, pero no es el único. También ha señalado a México como un “aprovechado” en términos comerciales, justificando la renegociación del TLCAN y vendiéndola como una gran victoria para Estados Unidos. La realidad es más compleja, pero la estrategia de confrontación ha funcionado para su base de seguidores.
Paradójicamente, a pesar de sus comentarios incendiarios, Trump no ha dejado de buscar el voto latino. En estados clave como Florida y Texas, ha tratado de ganarse a la comunidad hispana resaltando temas económicos y su lucha contra el socialismo, argumentos que han resonado especialmente entre cubanos y venezolanos. A fin de cuentas, su pragmatismo político demuestra que no se trata solo de retórica, sino de cálculo.
El estilo provocador de Trump no es casualidad. Le ha servido para mantenerse en el centro de la conversación, para polarizar y, sobre todo, para consolidar su imagen de líder sin filtros. Sin embargo, su discurso ha dejado heridas profundas en la relación con la comunidad mexicana, que se siente estigmatizada y utilizada como chivo expiatorio de los problemas internos de EE.UU.
Mientras se avecina una nueva contienda electoral, queda la duda: ¿seguirá Trump apostando por el mismo discurso agresivo, o intentará suavizar su imagen para ampliar su base de apoyo? Como siempre, con Trump, nada es predecible, excepto su innegable capacidad para mantenerse en el ojo del huracán.
David Gamboa
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.