Cuauhtémoc Estrada llama a la empatía hacia migrantes ante posibles deportaciones masivas, enfatizando la importancia de un discurso responsable y humano.
Chihuahua, Chih. (ADN/Staff) – El diputado Cuauhtémoc Estrada Sotelo, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, hizo un llamado a la sensibilidad respecto a la situación de los migrantes ante la posibilidad de deportaciones masivas desde Estados Unidos. Esta declaración se enmarca dentro de un contexto complejo en la relación bilateral entre México y su vecino del norte, que ha estado marcado por la migración como un tema recurrente y a menudo polarizador.
Las preocupaciones planteadas por Estrada Sotelo revelan no solo una postura política, sino una reflexión sobre la responsabilidad ética que como nación se debe tener frente a las personas migrantes.
Estrada enfatizó que los migrantes no se encuentran en esa condición por elección, sino por una necesidad imperiosa, lo que ubica el discurso sobre la migración en un horizonte de derechos humanos y dignidad. Este enfoque resuena con la realidad de muchos mexicanos que han buscado mejorar sus condiciones de vida a través de la migración, y que, a pesar de las adversidades, continúan enviando remesas que son vitales para la economía del país. Según datos del Banco de México, las remesas enviadas por migrantes fueron fundamentales para muchas familias en un periodo de crisis económica.
El legislador también subrayó la importancia de evitar discursos que fomenten la discriminación o xenofobia, resaltando un fenómeno que ha sido evidente en varios momentos de la historia reciente, incluidos los discursos de la administración actual en Estados Unidos. La necesidad de enmarcar el diálogo sobre migración dentro de un marco de respeto y protección de derechos es crucial para generar una respuesta que no solo sea eficaz en términos legislativos, sino también humana.
En el contexto de su mensaje, Estrada recordó que muchos de los migrantes que podrían ser repatriados son, de hecho, connacionales que han contribuido significativamente al desarrollo económico de México. El fenómeno de las remesas, que alcanzó cifras récord en los últimos años, valida su argumento. En este sentido, es imperativo que el discurso político evolucione hacia un reconocimiento de la positiva contribución de los migrantes a ambas naciones.
Además, tocó la necesidad de fortalecer las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, enfatizando que estas deben ser construidas sobre la colaboración y el respeto mutuo, sin caer en una sumisión política. Esta postura se ve como un intento de equilibrar las tensiones que a menudo marcan las interacciones entre los dos países, en un tiempo en que la política exterior puede depender en gran medida de la administración estadounidense actual.
Finalmente, Estrada citó los principios de la presidenta Claudia Sheinbaum, que promueven la colaboración como eje rector, pero advertía sobre la importancia de establecer límites claros en la forma en que esta colaboración se establece. Esto sugiere un enfoque proactivo en la formulación de políticas, donde se anticipan las necesidades y preocupaciones de los migrantes, y se actúa de manera que garantice su dignidad y derechos.
Este es un mensaje que no solo se alinea con un enfoque más humanista y comprensivo hacia la migración, sino que también busca fortalecer la narrativa de que la migración es parte integral de la construcción social y económica de México.
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