La reanudación de clases en Chihuahua enfrenta un alto ausentismo, principalmente por el impacto de la tormenta invernal en las zonas sur y serrana.
Chihuahua, Chih. (ADN/Staff) – La Secretaría de Educación y Deporte (SEyD) del estado de Chihuahua anunció la reanudación de clases presenciales en los planteles de Educación Básica desde el lunes 13 de enero.
Esta medida afecta a aproximadamente 700 mil alumnas y alumnos de diversas regiones del estado, quienes han enfrentado una serie de desafíos en el retorno a la actividad escolar.
La pandemia de COVID-19 ya había generado una interrupción significativa en la educación, y ahora el impacto del clima extremo ha complicado aún más la situación de los estudiantes chihuahuenses.
El subsecretario de Educación Básica, Lorenzo Arturo Parga Amado, reportó que el ausentismo escolar fue elevado, alcanzando un 42 por ciento a nivel estatal.
Este dato pone de manifiesto no solo la reticencia a regresar a las aulas tras un periodo prolongado de educación a distancia, sino también la realidad geográfica y climática de la región.
El nivel preescolar, con un ausentismo del 72 por ciento, señala una preocupación particular sobre la educación temprana, que es fundamental para el desarrollo integral de los niños y niñas.
El análisis regional revela que las áreas más afectadas por la ausencia de alumnos fueron la sur y la serrana de Chihuahua, donde se registraron un 57 y un 50 por ciento de ausentismo, respectivamente.
Estas cifras son indicativas de las condiciones socioeconómicas y de infraestructura que prevalecen en estas regiones.
La infraestructura educativa en estas áreas a menudo enfrenta retos que van más allá de los efectos climáticos, incluyendo la falta de recursos y mantenimiento adecuado.
La tormenta invernal, por ejemplo, provocó daños severos en carreteras y caminos en al menos 17 municipios, impidiendo el acceso a clases tanto para docentes como para estudiantes.
Asimismo, se documentaron problemáticas estructurales en diversos planteles educativos, donde 20 escuelas reportaron daños en tuberías, sistemas de aire acondicionado y drenaje.
Esta situación no solo complica el regreso a las clases presenciales, sino que también pone de relevancia la importancia de la inversión en infraestructura educativa.
La necesidad de reparación y mantenimiento, provocada por las bajas temperaturas, ha obligado a que algunas instituciones opten por la modalidad de educación a distancia, evidenciando una vez más la fragilidad del sistema educativo ante contingencias climatológicas.
Parga Amado añadió que se espera que para el martes y miércoles posteriores al regreso, se haya restablecido el servicio educativo al 100 por ciento, y que la asistencia de los estudiantes en los niveles de Educación Preescolar, Primaria y Secundaria incremente.
Sin embargo, el desafío no solo es recuperar la normalidad en el acceso a la educación; también implica abordar las preocupaciones sobre cómo se están implementando los protocolos de salud y seguridad, así como el bienestar emocional de los alumnos tras un periodo de estrés e incertidumbre.
La situación educativa en Chihuahua se convierte, por tanto, en un reflejo de las problemáticas más amplias que afectan al estado, que incluyen factores económicos, sociales y ambientales.
La capacidad de respuesta de la SEyD ante situaciones adversas como las descritas será un indicador clave del compromiso del gobierno estatal con la educación y el futuro de sus ciudadanos.
En un contexto donde las condiciones climáticas parecen volverse cada vez más extremas, la resiliencia de la comunidad educativa chihuahuense quedará a prueba, y sus resultados definirán el paso hacia una recuperación no solo en el ámbito académico, sino también en el desarrollo integral de sus jóvenes.
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