De acuerdo a estudiosos, la comida no se comió durante una reunión formal sentada en una mesa rectangular, como se muestra en muchas pinturas de arte religioso, sino con Jesús y sus apóstoles reclinados en cojines en el suelo, como hacían los romanos en aquella época.
Ciudad Juárez, Chih (ADN/Arturo Hernández).- Un guiso de alubias, cordero, aceitunas, hierbas amargas, una salsa de pescado, pan sin levadura, dátiles y vino aromatizado probablemente formaban parte del menú de la Última Cena en el Jueves Santo, según recientes investigaciones sobre la cocina palestina de la época de Jesús.
La comida no se comió durante una reunión formal sentada en una mesa rectangular, como se muestra en muchas pinturas de arte religioso, sino con Jesús y sus apóstoles reclinados en cojines en el suelo, como hacían los romanos en aquella época.
El estudio realizado por dos arqueólogos italianos, Generoso Urciuoli y Marta Berogno, se basó en versículos bíblicos, escritos judíos, obras romanas antiguas y datos arqueológicos para investigar los hábitos alimenticios en Jerusalén a principios del siglo I d.C. Su trabajo fue publicado en un libro: “Jerusalén, La Última Cena”.
“La Biblia habla de lo que ocurrió durante esa cena, pero no detalla lo que comieron Jesús y sus 12 compañeros de cena”, explicó en el texto Generoso Urciuoli, arqueólogo del centro Petrie de Italia y autor del blog Archeoricette sobre la comida antigua.
“El punto de partida es la suposición de que Jesús era judío. Él y sus discípulos observaban las tradiciones transmitidas por la Torá y sus prohibiciones relacionadas con la comida”, dijo Urciuoli.
¿Por qué es importante el Jueves Santo y la Última Cena para la Iglesia Católica?
Como cada año, el Jueves Santo marca el inicio de los cuatro principales días de la Semana Santa, la más grande conmemoración para la Iglesia Católica.
De hecho, de acuerdo a la tradición católica, fue esa noche cuando Jesucristo cenó con sus apóstoles en una casa de dos pisos en Jerusalén, horas antes de ser traicionado por Judas Iscariote y entregado a su pasión, muerte y crucifixión.
El cristianismo considera ese momento como el de la institución del sacramento de la Eucaristía, ya que compartir «el pan y el vino» representa «el cuerpo y la sangre» de Jesucristo.
“Celebramos ante todo que Jesús instituyó la Eucaristía durante la Última Cena, enseñándonos que Él está presente en el pan y en el vino consagrados. Asimismo, estableció el Sacerdocio Ministerial al decirle a los apóstoles: “Hagan esto en memoria mía” (1 Cor 11,25). También les lavó los pies a sus discípulos para enseñarles el mandamiento del amor y del servicio”, explica el sitio Desde la Fe.
Después de la cena, Jesús fue a orar al Huerto de Getsemaní en el Monte de los Olivos, donde fue traicionado por Judas Iscariote y entregado a la guardia de los judíos. Esa misma noche lo llevaron a la casa de Anás y a la de Caifás, donde fue interrogado y golpeado toda la noche.
Foto: vida nueva
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