“Es un hecho que no habíamos visto antes aquí”, dijo el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien calificó el ataque como un “acto de terror brutal” y lo atribuyó a un cártel al que no identificó.
Tlajomulco, Jalisco (VOA) – Ocho artefactos explosivos colocados al costado de un camino, según las autoridades, por un cártel del narco, mataron a seis agentes de policía y la fiscalía, e hirieron a otras 12 personas, en el ejemplo más reciente del reto de tipo militar cada vez más descarado que representan las organizaciones delictivas en México.
El gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que el ataque sucedió la noche del martes en Tlajomulco, un suburbio de Guadalajara, la capital estatal. “En un hecho que no habíamos visto antes aquí”, expresó el miércoles Alfaro que calificó el ataque como un “acto de terror brutal” y lo atribuyó a un cártel al que no identificó.
El gobernador informó en conferencia de prensa que en el hecho se utilizaron ocho artefactos improvisados de los cuales solo explotaron siete.
“Se trata de un hecho sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada”, escribió Alfaro en sus cuentas en redes sociales. “Este ataque representa también un desafío contra el Estado mexicano en su conjunto”.
Aparentemente son las primeras muertes de agentes de policía causadas por un artefacto explosivo improvisado en México. Artefactos similares causaron heridas a 10 soldados en el estado vecino de Michoacán en 2022 y mataron a un civil.
Alfaro no identificó al objeto de sus sospechas, pero el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene bastante experiencia en el uso de artefactos explosivos improvisados y de drones lanzabombas.
Previamente el martes, un funcionario federal dijo que otro cartel había matado a un oficial de la Guardia Nacional en el estado de Guanajuato mediante un coche bomba.
El lunes, en el estado de Guerrero, manifestantes aliados de otra pandilla enfrentaron a las fuerzas de seguridad, se apoderaron de un camión blindado de la policía y lo utilizaron para derribar los portones de la legislatura estatal.
La zona en torno de Guadalajara ha sido escenario de batallas sangrientas entre facciones del cartel de Jalisco, al que se han atribuido ataques anteriores con artefactos explosivos en México.
En febrero de 2022, en el municipio michoacano de Aguililla, una mina colocada en un camino dañó un vehículo militar y lesionó a 10 soldados. Fue el primer caso conocido de un ataque con artefacto explosivo a un blanco militar en México.
Días después, otro artefacto mató a un agricultor que le pasó por encima en su camioneta. El hijo del agricultor resultó herido por la explosión del artefacto, que aparentemente contenía nitrato de amonio.
Unidades especiales del ejército equipadas con detectores de metales y vestimenta protectora recorrieron luego la zona y hallaron decenas de artefactos en caminos rurales y campos alrededor de Aguililla.
Algunos de los artefactos eran detonados por señal radial o telefónica, por presión —cuando se las pisa— o por frascos que al romperse permiten la combinación de dos sustancias.
El cartel de Jalisco lucha con la pandilla local Viagras, también llamada Cárteles Unidos, por el control de la zona desde hace años. En esas batallas han aparecido trincheras, emplazamientos de ametralladoras, vehículos con blindaje de fabricación casera y drones modificados para lanzar bombas pequeñas.
Estos drones han causado más terror en Michoacán que las minas. Aunque toscas y peligrosas para fabricar y manejar, han perfeccionado su uso y no es inusual ver techos de graneros o depósitos abiertos como latas por el impacto de esas bombas.
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