Analistas acusan intento de golpe blando a gobierno de López Obrador por campaña mediática que busca desacreditar a líderes latinoamericanos.
Ciudad de México (ADN/Staff) – El intento de un golpe mediático contra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está en marcha. Así lo advierte el analista político, caricaturista y director del Instituto de Formación Política del partido oficialista Morena, Rafael Barajas “El Fisgón”, en una entrevista con Sputnik. Según él, es la misma estrategia que se siguió en el pasado contra figuras como Cristina Kirchner, Rafael Correa, Lula da Silva, Dilma Rousseff y Evo Morales, entre otros líderes latinoamericanos.
En esta ocasión, el golpe mediático se gesta a través de una serie de notas publicadas por medios internacionales, que citan fuentes de la DEA, y que señalan que grupos del crimen organizado supuestamente aportaron dinero a la campaña del presidente López Obrador en 2006. Esta estrategia, según Barajas, es el preludio de una guerra judicial, que busca debilitar al gobierno de López Obrador y sentar la narrativa de que las próximas elecciones serán ilegítimas.
La abogada y analista política, Ingrid Urgelles Latorre, señala que no necesariamente el Gobierno de Joe Biden está detrás de este intento de golpe, sino más bien los grandes poderes económicos y empresariales que se han visto afectados por las políticas implementadas en la Administración de López Obrador. Según ella, Latinoamérica ha sido territorio de expolio de recursos naturales y cuando hay gobiernos que intentan ponerle atajos a ese extractivismo, surgen estos golpes blandos.
De acuerdo con Barajas, las filtraciones de las acusaciones a López Obrador a los medios emergieron de un sector de la DEA que está irritado porque este Gobierno les puso límites. Además, podría estar implicada la derecha internacional con vínculos en España, la cual tiene conexiones cercanas con algunos grupos conservadores estadounidenses.
Todo esto, según los analistas, tiene como objetivo final debilitar al próximo gobierno de Claudia Sheinbaum, que todo indica que será presidenta. Para Barajas, más allá del resultado electoral, lo que se pretende es sentar la narrativa de que las próximas elecciones serán “elecciones de Estado” supuestamente ilegítimas, lo que les permitiría un golpeteo constante al siguiente gobierno.
El 22 de febrero, el presidente López Obrador leyó en su conferencia de prensa una carta enviada por la corresponsal de The New York Times en México, Natalie Kitroeff, en la que la reportera pedía la postura de la presidencia de México sobre la nota que lo vinculaba con el narcotráfico. El mandatario calificó la información como falsa y calumniosa y dio a conocer también el número telefónico de Kitroeff.
Este hecho ha sido criticado por la oposición y en redes sociales, pero para los analistas, es más importante debatir sobre la presunta injerencia estadounidense en asuntos internos de México que sobre el teléfono privado de una corresponsal. Además, consideran que esta polémica desvía la atención hacia algo que no es tan relevante, cuando el tema más grave en juego es el de los intereses extranjeros en México.
En este contexto, el 24 de febrero, la candidata Claudia Sheinbaum; José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente mexicano, y otros personajes cercanos a Morena, informaron que sus números telefónicos también fueron publicados en redes sociales y que recibieron mensajes de odio, con amenazas e insultos. Según Barajas, estas campañas de acoso contra los hijos de López Obrador no son nuevas y son utilizadas por la ultraderecha en México y en el resto del mundo.
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