El nuevo líder del PAN promete trabajar para recuperar la confianza de la ciudadanía en el partido.
Ciudad de México (ADN/Staff) – Jorge Romero Herrera, diputado federal y exdelegado de la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México, se ha convertido en el nuevo presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), tras ganar las elecciones internas con el 79.9% de los votos. Romero obtuvo 96,533 votos frente a los 24,315 de su contendiente, Adriana Dávila, en una jornada con una participación del 45% del padrón panista, que cuenta con 277,665 afiliados en todo el país.
La elección fue organizada por la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (CONECEN) y se llevó a cabo en un clima de calma y sin mayores incidentes. Aunque hubo reportes de algunos señalamientos de parcialidad en ciertas regiones, la jornada se desarrolló con normalidad en las 1,347 mesas receptoras, representando el 99.8% de las mesas instaladas.
Romero, tras la confirmación de su victoria, ofreció un mensaje de unidad y cambio, en el que llamó a la militancia y a la sociedad mexicana a “volver a creer en el PAN como una opción de oposición responsable y como alternativa de gobierno”. En este contexto, se disculpó públicamente por los errores del pasado cometidos por el partido y extendió una invitación a su adversaria Adriana Dávila para que se sume a su equipo en la reestructuración del PAN.
La figura de Romero ha sido objeto de controversias, ya que, durante la jornada de votación, algunos ciudadanos lo increparon por presuntos vínculos con el denominado “Cártel inmobiliario” en la alcaldía Benito Juárez, donde se le acusa de irregularidades en la gestión de permisos de construcción y sobornos, caso que sigue bajo investigación por la Fiscalía de la Ciudad de México. A pesar de las acusaciones, Romero ha sostenido su inocencia y continúa recibiendo el apoyo de importantes liderazgos del PAN, incluido el expresidente nacional, Marko Cortés, quien se retira tras seis años en la dirigencia.
La fórmula con la que Romero asumirá el liderazgo del PAN incluye a Santiago Taboada, también exalcalde de la Benito Juárez y excandidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y a Karen González como secretaria general. Este equipo se plantea como una fuerza renovada con miras a fortalecer la estructura del partido de cara a las elecciones de 2024.
Por su parte, seguidores de Dávila señalaron su inconformidad con el proceso, argumentando que hubo una intervención directa de funcionarios del partido en favor de Romero en distintos estados, acompañada de materiales de campaña, lo cual contraviene los principios de imparcialidad que la dirigencia había prometido. Ante esto, Dávila reiteró que el PAN necesita urgentemente recuperar su vocación democrática y ser una verdadera opción de cambio para México.
El proceso que llevó a Romero a la dirigencia también cierra el ciclo de Marko Cortés, quien había asumido el liderazgo en 2018 en medio de controversias internas. Adriana Dávila, durante su discurso posterior a los resultados, hizo un llamado a recuperar la esencia del PAN y subrayó que la baja participación, del 45% del padrón, es un reflejo del desencanto de la militancia hacia las “cargadas” internas y la falta de apertura hacia nuevos liderazgos.
Con este cambio en la dirigencia, Jorge Romero asume el reto de consolidar la imagen de Acción Nacional y reactivar su estructura como partido de oposición, prometiendo trabajar en un proyecto que, según él, devuelva al PAN la credibilidad y la relevancia en el escenario político actual.
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