Menores armados ejercen como policía comunitaria en Guerrero, México, según reportaje. Fusiles, escopetas y garrotes son sus herramientas de seguridad.
Ciudad de México (ADN/Staff) – Conmociona la noticia de que 20 menores de edad, entre 11 y 15 años, hayan sido incorporados a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) en el poblado de Ayahualtempa, según reporta el diario La Jornada. Las imágenes publicadas en la portada de la versión impresa del periódico muestran a los niños formados en fila, vistiendo camisetas verdes con el escudo municipal en letras doradas, jeans, zapatillas deportivas y cubriendo sus rostros con pañuelos, mientras sostienen armas de largo alcance y palos.
Uno de los menores explicó que se unió a la CRAC-PF debido a que el Gobierno no ha dado respuesta al secuestro de sus familiares, según menciona el reportaje exclusivo. Además, un adolescente armado con una escopeta informó que se unió a la Policía comunitaria porque su familia ha estado desaparecida desde enero pasado. Luis Morales Rojas, miembro del Consejo Tradicional del Gobierno Náhuatl, confirmó que los niños mayores se unirán a la búsqueda de cuatro miembros de una familia desaparecida y el resto realizará labores de vigilancia.
Según La Jornada, desde el 2019 se han adiestrado en la región a niños y adolescentes para apoyar en las labores de seguridad. Los menores fueron “capacitados” en el manejo de armas, incluyendo rifles, escopetas y pistolas, lo que ha generado polémica y preocupación por parte de las autoridades y la sociedad en general.
El responsable entrevistado por el diario señala que, aunque el Gobierno ha calificado esta acción como un delito por violar los derechos de la infancia, es necesario tomar medidas en vista de la presencia de delincuencia organizada en la zona. “¿Qué nos dice del hecho de que la delincuencia tenga halcones de 12 y 13 años vigilando a la población y perjudicándonos?”, cuestiona.
La juramentación de estos menores se llevó a cabo en una asamblea a la que acudieron la mayoría de los habitantes de Ayahualtempa, comunidad de origen indígena náhuatl. Los pobladores aprovecharon para hacer un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, para que liberen a los indígenas secuestrados en Tlaniculilco, municipio de Quechultenango. Se trata de una mujer de 50 años, su esposo de 52 y sus hijos de 30 y 22 años, quienes fueron secuestrados mientras realizaban labores de pastoreo.
Los pobladores esperan que las autoridades locales o federales tomen cartas en el asunto y rescaten a los secuestrados, ya que el lugar donde se encuentran pertenece a otro núcleo agrario. Mientras tanto, la presencia de menores armados en la CRAC-PF sigue siendo un tema delicado que ha generado diversas opiniones y debate en la sociedad.
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