La Organización Mundial de la Salud OMS) acaba de publicar su primer informe mundial sobre la salud de los refugiados y migrantes. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo ha calificado como un informe histórico y una señal de alarma.
El directivo dijo que el informe revela las amplias disparidades entre la salud de los refugiados y migrantes y las poblaciones más amplias en sus países de acogida.
“Por ejemplo, muchos trabajadores migrantes se dedican a los llamados trabajos 3-D —sucios, peligrosos y exigentes— sin una adecuada protección social y de salud o suficientes medidas de salud ocupacional”, dijo. “Los refugiados y los migrantes están prácticamente ausentes de las encuestas mundiales y los datos de salud, lo que hace que estos grupos vulnerables sean casi invisibles en el diseño de los sistemas y servicios de salud”.
Tedros señaló que mil millones de personas o una de cada ocho personas en la Tierra es un refugiado o migrante. Agregó que los números están creciendo puesto que cada vez más personas se movilizarán en respuesta a los crecientes conflictos, el cambio climático, el aumento de la desigualdad y las emergencias globales, como la pandemia de COVID-19.
La máxima autoridad sanitaria de las Naciones Unidas informó que las necesidades de salud de los refugiados y migrantes a menudo se descuidan o no se abordan en los países por los que pasan o en los que se establecen.
“Se enfrentan a múltiples barreras, incluidos los gastos de bolsillo, la discriminación y el miedo a la detención y la deportación”, dijo Tedros. “Muchos países tienen políticas de salud que incluyen servicios sanitarios para refugiados y migrantes. Pero muchos son ineficaces o aún no se han implementado de manera efectiva”.
Waheed Arian, un refugiado afgano y médico en Reino Unido, recuerda las condiciones en las que él y su familia vivían en un campo de refugiados en Pakistán a fines de la década de 1980. Arian relató que estaban expuestos a muchas enfermedades, incluidas la malaria y la tuberculosis.
“Las condiciones que vemos en los campos de refugiados ahora en varias partes del mundo, no son muy diferentes a las condiciones que experimenté de primera mano”, dijo. “Aunque estábamos a salvo de las bombas, no estábamos físicamente seguros. No estábamos socialmente seguros y no estábamos mentalmente seguros”.
El jefe de la OMS, Tedros, hace un llamado a los gobiernos y organizaciones que trabajan con refugiados y migrantes para que se unan para proteger y promover la salud de las personas en movimiento, y precisó que el informe establece estrategias para lograr sistemas de salud más equitativos e inclusivos que prioricen el bienestar de todas las personas.
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