Desde la tarde del domingo las imágenes del volcán de Cumbre Vieja en la isla española de La Palma vienen dando la vuelta al mundo.
Bilbao (Sputnik) – En esta jornada de martes, el avance de la lava hacia el mar arrasó el área de Todoque de 1.300 habitantes, como paso previo a su entrada en el mar, siguiendo el curso natural de la orografía.
Los cálculos oficiales sitúan ya el número de viviendas sepultadas bajo el magma en el entorno de las 200 y se prevé que puedan ser muchas más, en función del camino que elija el elemento salido del volcán.
Sin embargo, tras los daños a viviendas e infraestructuras está el perjuicio para el campo de este valle palmero que, junto con el turismo, sostiene económicamente a la zona.
300 hectáreas
José Adrián Hernández Montoya, el vicepresidente del Cabildo de la Palma y consejero de Agricultura, estimó en conversación con la agencia Sputnik en 300 hectáreas el área dedicada a cultivos agrícolas en toda la zona próxima al volcán.
Sin embargo, se mostró cauto aún a la hora de calcular cuántas de esas hectáreas se verán afectadas por el paso del magma.
“En la zona costera por donde está llegando la lava al mar hay una gran extensión de cultivo de plátano. Depende de cómo llegue y el daño que haga, vamos a tener daños cuantiosos”, declaró a Sputnik el vicepresidente del organismo administrativo de la isla.
Se trata, según explica Hernández Montoya, de una zona de minifundios y en la que el sector primario iguala en peso económico al turístico.
“Esa zona es de las mejores en cuanto a calidad y producción de plátanos. El suelo, la calidad del agua y la temperatura la hacen ideal para su cultivo”, afirma.
Además, también añade que en las últimas horas se desalojaron 800 cabezas de ganado caprino antes de que pasara el magma por las fincas donde habitaban.
Además del popular “plátano de Canarias”, que mantiene una dura pugna con la banana importada por liderar la cuota de mercado nacional española; en las zonas altas de este valle comenzó en los últimos años el cultivo del aguacate, una pujante fruta en los mercados internacionales.
El riego preocupa
El ingeniero agrónomo Rafael Lorenzo vive en Aragual, en Los Llanos de Aridane, una de las áreas que los españoles pasaron a conocer con soltura, después de que las crónicas desde la zona hayan inundado todo tipo de programas de radio y televisión en los últimos días.
Lorenzo gestiona desde su empresa, Ingeniería Awara, los sistemas de riego que utilizan los agricultores de estos terrenos y muestra su preocupación.
“El paso de la lava va a cortar los canales principales de riego. El riego fluye aquí del norte hacia el sur. La isla no tiene un anillo hidráulico, como se ha dicho. Se va a cortar el riego de una de las zonas más productivas de Canarias”, declara a la agencia Sputnik.
Además, según cuenta, a esta circunstancia hay que añadir que en las semanas previas a la erupción del volcán, y como parte del plan de contingencia, las autoridades pidieron que se vaciaran los embalses.
Se pretendían evitar con este desembalse las reacciones de la lava al contacto con el agua en forma de explosiones, así como riadas por la rotura de presas.
Son, como explica este ingeniero, varios canales y tuberías que van de norte a sur y que la lava está atravesando de manera transversal y destruyendo.
Añade Rafael Lorenzo que, para entrar a reparar esta infraestructura de riego, habrá que esperar a que el magma se enfríe y eso se desconoce por el momento, ya que ni siquiera se sabe con exactitud cuándo va a dejar de salir lava por todas las bocas del volcán.
Este martes, José Adrián Hernández Montoya se reunió con los empaquetadores de la patronal platanera Asepalma para establecer rutas alternativas con el objetivo de entrar a recoger los plátanos de la zona, ya que las carreteras habituales están cortadas por la lava del volcán.
También se acordó esperar a que la lengua de lava avance hacia el mar para determinar los daños en los canales de riego y empezar “a la mayor brevedad” a repararlas, ya que “si se continúa mucho tiempo sin regar, puede que las plantas de plátano mueran”, advierte.
Un perjuicio económico que se esconde tras la espectacularidad de las imágenes de casas engullidas por la lava que permanecen estos días en la retina de los españoles y que puede suponer un duro golpe para una tierra fértil y rica que llega a alcanzar precios de venta de 500.000 euros por hectárea.
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