El cierre de las empresas debido a la cuarentena ha provocado altas tasas de desempleo que, a su vez, han generado una gran ansiedad e incertidumbre entre los estadounidenses.
Washington, D.C. (VOA) – Mientras continúan los estragos de la pandemia del coronavirus, una lucha invisible está surgiendo para muchos en casa, activada por la ansiedad, el desempleo, la muerte, el aislamiento y la incertidumbre que acompañan al virus.
Mayo es el mes de la Concienciación de la Salud Mental y nunca antes había sido tan relevante el tema. Agencias federales de Estados Unidos y expertos están reportando alzas en las tasas de problemas mentales y pronostican que esto es solo el comienzo de una larga crisis de salud mental.
Casi la mitad de la gente en Estados Unidos dice que la pandemia del coronavirus le está pasando factura a su salud mental, según una encuesta de la Kaiser Family Foundation. La encuesta, que entrevistó a 1.226 estadounidenses, entre el 25 y el 30 de marzo y que tiene un margen de error del 3%, indica que el 45% de adultos dicen que la crisis ha tenido un impacto negativo en su salud mental. Un 19% dijo que ha tenido un “impacto mayor”.
“Estos números representan la punta del iceberg”, dijo Paul Gionfriddo, presidente de la Asociación Estadounidense de Salud Mental (MHA, por sus siglas en inglés). “Decenas de miles de personas ya están experimentando serios problemas de salud mental por la pandemia, muchos de ellos jóvenes”.
El número de personas examinadas por ansiedad por la MHA aumentó en más del 70% de enero a abril, y el número de examinados por depresión aumentó en un 64%, dijo Gionfriddo.
De las personas que contactaron a la MHA, 7.140 reportaron haber tenido pensamientos suicidas o de hacerse daño, una cifra un 42% más alta de lo que Gionfriddo dijo era de esperarse antes de la pandemia.
En los tres meses desde el inicio de la pandemia, la demanda de servicios relacionados con la salud mental se ha disparado, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés), la cual reportó un 41% más de llamadas y correos electrónicos en su línea de atención al público, entre el primero de marzo y el 23 de abril, comparado con el mismo período en 2019.
“Los que llaman a la línea de ayuda mencionando el COVID-19 son los que más frecuentemente están experimentando ansiedad severa sobre su salud mental y emocional”, dijo Dawn Brown, directora de relaciones comunitarias de NAMI.
“Algunos de los que han llamado están experimentando ataques de pánico cuando nos llaman, y nuestros voluntarios les ayudan a superar el pánico hasta que logran conversar sobre el asunto”.
El 75% de los que llaman necesitan apoyo y seguridad durante este tiempo, dijo Brown. La depresión es la segunda condición médica más reportada, y el incremento se le atribuye al aislamiento y la desesperanza.
Esta no es la primera vez que una crisis de salud mental surge durante una tragedia o emergencia nacional.
Tras la crisis financiera mundial del 2008 y la Gran Recesión de los años 30, Estados Unidos vio elevadas tasas de depresión, ansiedad, y abuso del alcohol, y un aumento del 13% en los casos de suicidios. Sólo en el 2008, unas 46.000 vidas se perdieron por suicidios atribuidos al desempleo y la inequidad salarial.
En una encuesta realizada entre el 27 y el 19 de marzo, entre 1.062 estadounidenses, la firma McKinsey & Company, encontró que un 35% de los encuestados dijeron que estaban tanto deprimidos como ansiosos, mientras el 42% de aquellos que tuvieron una pérdida o una pérdida parcial de empleo, dijeron estar deprimidos o ansiosos. Uno de cada cuatro entrevistados reportó consumo excesivo de alcohol, uno de cada cinco reportó tomar medicamentos controlados sin una razón médica válida, y uno de cada siete reportó el uso de drogas ilegales. La encuesta tenía un margen de error del 3 por ciento.
Al acercarse las tasas de desempleo a sus peores niveles desde la Gran Depresión, sobrepasando lo reportado en la crisis del 2008, los expertos han empezado a preocuparse de que Estados Unidos no está equipado para hacerle frente al aumento.
Los modelos estadísticos con información de crisis nacionales pasadas muestran que habrá un incremento en los suicidios, las muertes por sobredosis y el abuso de substancias controladas.
“Estamos ofreciendo pruebas para proteger a la gente del virus. Ofrecemos ayuda para proteger sus sustentos”, dijo Gionfriddo. “Necesitamos ofrecer monitoreo de salud mental y servicios para proteger sus vidas”.
Mientras el paquete de estímulo incluye fondos para recursos para la salud mental, es solo un pequeño porcentaje del multibillonario fondo de financiamiento de la crisis del coronavirus.
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