El número musical estuvo a cargo del cantante Andrea Bocelli, mientras que el capellán del Senado, Barry Black, habló sobre la importancia histórica del evento y leyó las escrituras de la Biblia.

Black enfatizó también en la importancia de la religión en el Congreso y dijo que, desde la invasión rusa de Ucrania y el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, los miembros del Congreso han estado ayunando y orando.

El año pasado, el presidente Biden habló en este evento sobre la unidad, haciendo referencia a las vidas cobradas por la pandemia, la violencia armada, la brutalidad policial y el cambio climático. Este año, el mandatario se refirió a los recientes ataques contra soldados estadounidenses en Jordania, que mataron a tres e hirieron a decenas más, así como de las guerras en curso en Ucrania y Gaza.

“Yo… veo el trauma, la muerte y y entiendo el dolor y la pasión que sienten tantas personas aquí en Estados Unidos y en todo el mundo”, dijo, y añadió que está “comprometido en esto, día y noche… para encontrar los medios para traer a nuestros rehenes a casa, aliviar la crisis humanitaria y traer la paz a Gaza e Israel: una paz duradera, con dos estados para dos pueblos”.

Habló sobre y dijo que el pueblo ucraniano ha “mostrado una resolución y una resistencia increíbles” frente a la agresión rusa y que “debemos seguir ayudándolos”.

Al evento también asistieron funcionarios estadounidenses, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el líder de la minoría de la Cámara, Hakeem Jeffries, así como la presidenta del evento, la exsenadora Heidi Heitkamp, y los copresidentes, los representantes Tracey Mann y Frank Mrvan.

El desayuno, organizado por la Fundación Nacional de Desayuno de Oración, terminó con una oración de la Capellán de la Casa, Reverenda Dra. Margaret Kibben y una oración grupal dirigida por Mann y Mrvan.

Todos los presidentes de Estados Unidos desde Dwight Eisenhower en 1953 han asistido al desayuno anual.