A pesar de que el presupuesto presentando por el ejecutivo es un ejemplo importante de las metas y ambiciones políticas del presidente, es el Congreso el que determina finalmente cuánto se gastará.
La Cas Blanca (VOA/) – La Administración Biden propuso oficialmente redoblar los fondos para atender las causas que se esconden tras la masiva migración desde Centroamérica en su proyecto de presupuesto para el año fiscal 2022, presentado este viernes.
En total, la Casa Blanca ha presentado un presupuesto por valor de unos 6 billones de dólares, una inversión pública nunca vista desde los tiempos de la II Guerra Mundial. En el solicita al Congreso una partida de 861 millones de dólares para Centroamérica, lo que representa más del 50% de lo requerido por el expresidente Trump en el año fiscal 2021.
La multimillonaria inversión en esa región fue prometida por el presidente Biden en su campaña y representa una de las prioridades presupuestarias de la inversión en Latinoamérica. De hecho, es la única mención realizada al continente en el documento de 72 páginas que resume la propuesta.
Según se lee en la propuesta, “estas inversiones específicas complementan los esfuerzos legislativos del presidente para proporcionar un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados”.
En el presupuesto para el año fiscal 2021, el Congreso aprobó 506 millones de dólares para abordar los factores que impulsan la migración irregular desde Centroamérica. El monto adjudicado fue superior a lo solicitado por la Administración Trump (129 millones más).
Entre los años fiscales 2016-2021, el Congreso asignó más de 3.600 millones de dólares para implementar la llamada “estrategia de participación de Estados Unidos en Centroamérica”, de acuerdo con datos del Servicio de Investigación del Congreso.
De hecho, desde 2018 la rama legislativa ha aprobado fondos superiores a los requeridos por el ejecutivo en lo que respecta a la asistencia económica hacia los países del llamado Triángulo Norte.
El “valor agregado” de Biden
La política de Biden hacia la región está enfocada en combatir las raíces de la migración irregular, entre ellas la “corrupción endémica”, según han resaltado funcionarios de la Administración. En este sentido, este mismo viernes, fuentes del Ejecutivo reconocían que “en algunos casos”, Washington no cuenta con “socios perfectos para el desarrollo” de su estrategia.
“Tenemos confianza en que podemos identificar en Centroamérica -y esto es así en todo el mundo- a reformistas en los gobiernos, gente que tiene la voluntad política de llevar a cabo una reforma democrática”, señaló en rueda de prensa telefónica el asesor principal del administrador de USAID, Mark Feierstein. “Asimismo, tenemos confianza de que podemos identificar a miembros de la sociedad civil que pueden hacer rendir cuentas a sus gobiernos y adelantar nuestros intereses comunes de desarrollo”.
La vicepresidenta Kamala Harris, que lidera estos esfuerzos, ha anunciado compromisos adicionales de empresas de capital estadounidense y un monto adicional de 310 millones de dólares en asistencia.
Para el experto en asuntos de migración y estabilización económica, Manuel Orozco, la estrategia propuesta por la actual administración tiene “un valor agregado”, a pesar de que reconoce que la inversión extranjera estadounidense a esa región ha sido de 20.000 millones de dólares en los últimos 30 años. Aún así, insta a que cada administración “aprenda de los errores cometidos”.
“Lo que ocurre en Centroamérica es abrumador. Tienes problemas de criminalidad, sequía, de bajos ingresos, modelos económicos bastante obsoletos. Cuando se van juntando todas esas cosas la migración resulta como una consecuencia de todos estos problemas no resueltos”, dijo Orozco a la VOA.
Agregó que la Casa Blanca tiene una “lógica” en la que “se está dando cuenta de que hay que vincular lo coyuntural con lo estructural” y atacar el fenómenos desde “los tres ángulos: demanda de mano de obra extranjera, reforma migratoria y desarrollo económico social”.
Asistencia humanitaria y frontera
La propuesta del mandatario, que necesitará ser aprobada por el Congreso, también destina más de 10.000 millones de dólares en asistencia humanitaria “para apoyar a las personas vulnerables en el extranjero, incluidos los refugiados y las víctimas de conflictos”.
En materia de seguridad nacional, solicita 52.200 millones de dólares, de los cuales 1.200 millones de dólares estarían destinados “para mejoras en la infraestructura fronteriza, modernización de nuestros puertos de entrada terrestres y tecnología de seguridad fronteriza”, según detalló el secretario de ese despacho, Alejandro Mayorkas, en una audiencia ante el Senado.
La suma mencionada por el funcionario es inferior a los 2.000 millones de dólares solicitados por el expresidente Trump para la construcción de un muro fronterizo, cuya inversión fue detenida por el actual presidente.
Otros 345 millones de dólares serían para el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), para programas de naturalización, asilo y refugiados.
Según la Casa Blanca, el proyecto “incluye los recursos necesarios” para cumplir con el compromiso del presidente de subir a 125.000 las admisiones de refugiados en 2022.
En manos del Congreso
Mientras la Casa Blanca apuesta por aprobación a su propuesta, enfrenta las críticas de republicanos que apoyan una robusta inversión en seguridad y tecnología fronterizas, y que consideran que la estrategia de Biden ha llevado a una “crisis humanitaria” sin precedentes.
Al mismo tiempo, algunos líderes demócratas y la oposición republicana de Biden cuestionan que la estrategia de apoyo extranjero solamente conseguirá resultados a largo plazo, y no en el corto.
“La asistencia extranjera y el compromiso de Estados Unidos en la región, adecuadamente orientados, pueden ayudar a cambiar las condiciones con el tiempo, pero la crisis en la frontera es ahora”, expresó el senador republicano Rob Portman durante una reciente audiencia en el Congreso.
Las críticas más acérrimas provienen de legisladores como Rick Scott, que asegura que la Casa Blanca “está tan desconectada de la realidad que creen que la crisis en nuestra frontera sur (…) es un juego político”.
Según Tyler Moran, asistente especial sobre inmigración de la Administración Biden, la masiva llegada de migrantes a la frontera no es la única “medición de éxito” y cataloga el repunte como un “fenómeno normal” y “cíclico”.
“Si solo te enfocas en la frontera, no estás abordando por qué la gente viene a la frontera”, dijo la funcionaria en una reciente entrevista con la VOA. Agregó que es necesario “invertir en la región, crear canales legales para que las personas migren, establecer el procesamiento de refugiados en la región”.
A pesar de que el presupuesto presentando por el ejecutivo es un ejemplo importante de las metas y ambiciones políticas del presidente, es el Congreso el que determina finalmente cuánto se gastará.
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