Biden ya está enfrentando la oposición de los republicanos para sus planes de infraestructura y créditos fiscales para la niñez, pero algunos legisladores más moderados dentro su partido se muestran escépticos con los proyectos.

Esto podría ser un escollo significativo para el presidente, cuyo margen de 218-212 en la Cámara y 50-50 en el Senado, donde el voto de la vicepresidenta Kamala Harris rompe los empates, le dejan poco margen para maniobrar.

Biden sufrió un revés la semana pasada con un reporte de creación de empleos mucho menor que lo que esperaban los economistas, lo que generó reacciones de los republicanos de que no es un buen momento para elevar impuestos.

Biden ha propuesto financiar su plan de gastos aumentando los impuestos de las corporaciones, las ganancias de capital y de salarios muy altos, pero los demócratas necesitan cerrar filas al máximo para poder impulsar el paquete.

La urgencia de los demócratas es avanzar su agenda en un momento en que tienen la ventaja en ambas cámaras y los republicanos están atravesando por una crisis de identidad. Una votación esta semana decidirá si remover a la congresista Liz Cheney de su puesto de liderazgo en la Cámara de Representantes por haber rechazado las falsas denuncias de fraude electoral del expresidente Donald Trump.

Si los republicanos logran ganancias en las elecciones parciales de 2022, todos los planes de Biden se vendrían abajo.

Por lo pronto, Biden se reunirá el miércoles con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el líder de los republicanos en la Cámara, Kevin McCarthy.

Será la primera reunión de los cuatro principales miembros del Congreso en un solo grupo desde la inauguración de Biden en enero y su primer encuentro con McConnell y McCarthy.

Biden y McConnell tienen una larga relación de varias décadas en el Senado y negociaron acuerdos durante la vicepresidencia de Biden bajo el presidente Barack Obama.