La reunión en la Casa Blanca se produce casi dos meses después de que el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, acordaran un nivel de gasto discrecional de 1,59 billones de dólares para el año fiscal que comenzó el 1 de octubre.

A pesar de ese acuerdo, el Congreso no ha cumplido con su deber básico de financiar el gobierno, en gran parte debido a las luchas internas de los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes por una exigua mayoría.

“Una prioridad o deber básico del Congreso es mantener abierto el gobierno”, dijo el lunes a la prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. “Así que eso es lo que el presidente quiere ver. Tendrá esas conversaciones”.

El proyecto de ley de gastos está siendo frenado por las demandas de los republicanos ultraconservadores en la Cámara que quieren ver recortes y posiciones políticas centradas en cómo se gastan los dólares. Un grupo de republicanos de extrema derecha ha llevado al gobierno al borde del cierre o del cierre parcial tres veces en los últimos seis meses.

Schumer y Johnson han intercambiado acusaciones en los últimos días sobre quién tiene la culpa del estancamiento. El lunes, Schumer dijo a los periodistas que “los demócratas estamos haciendo todo lo posible para evitar un cierre”.

La primera tanda de financiación gubernamental, que incluye dinero para las agencias que supervisan la agricultura y el transporte, se agotará el viernes a medianoche, mientras que la financiación para algunas agencias, incluidos el Pentágono y el Departamento de Estado, expirará el 8 de marzo.

El paquete de gasto público es independiente del proyecto de ley de ayuda a la seguridad nacional que incluye fondos para Ucrania e Israel, pero Biden defenderá ambos.