“Esta tragedia ha tenido un impacto devastador en las víctimas y sus familias y, como ha dicho el presidente, nuestras oraciones están con ellos. Las víctimas fueron padres, esposos y amigos en sus hogares, trabajos y comunidades”, dijo la Casa Blanca en declaraciones previas a la visita.

Autoridades federales y estatales han resaltado que limpiar los escombros que aún reposan sobre el río Patapsco será un “esfuerzo complejo” mientras se determina cómo cortar “con precisión” las vigas de acero del puente, que además se mantienen sobre el buque que provocó el colapso tras impactar una de las columnas.

“Los equipos de buceo continúan trabajando en condiciones extremadamente peligrosas, lluvia, agua fría y agitada y poca o ninguna visibilidad para que se puedan completar los reconocimientos y comenzar a retirar los restos del canal”, agregó la Casa Blanca.

Luego de un estudio de ingeniería, las autoridades determinaron que a finales de abril se podría abrir un canal de acceso limitado para retomar el servicio de contenedores y barcazas y algunas embarcaciones de automóviles. El puerto de Baltimore movió cerca de 80.800 millones de dólares en mercancía en 2023, y es el noveno más grande de EEUU para cargamentos internacionales.

Se anticipó que el puerto podría abrir a capacidad normal a finales de mayo.

El gobierno federal ya asignó 60 millones de dólares en fondos de ayuda de emergencia como pago inicial para los costos de remoción de escombros, restaurar el transporte esencial, y el diseño y reconstrucción del puente.

La administración está pidiendo al Congreso que autorice al gobierno federal a cubrir el 100 por ciento de los costos de reconstrucción.

Entre los esfuerzos detallados por la Casa Blanca, se encuentra el apoyo económico a los sobre 8.000 trabajadores del puerto de Baltimore cuyas labores se mantienen paralizadas debido al colapso del puente. Se anticipó que los trabajadores se mantendrá en nómina, así como el pago de entre una y cuatro semanas de salario.

Mientras tanto, organizaciones pro inmigrantes como CASA y líderes de sindicatos firmaron una carta dirigida al presidente Biden pidiendo la extensión del Estatus de Protección Temporal y el parole humanitario a los trabajadores inmigrantes que llevan años en EEUU, como era el caso de los seis latinos fallecidos.

“Esta catástrofe deja al descubierto que incluso con el papel fundamental que desempeñan los trabajadores inmigrantes esenciales en nuestras comunidades y nuestra economía, están siendo deshumanizados, demonizados y degradados en todo el país”, dijo Jossie Flor Sapunar, directora nacional de comunicaciones de CASA.