Naciones Unidas dice que los combates entre los militares y grupos armados viejos y nuevos están ahuyentando a más familias de pueblos y aldeas cada mes, con más de 284.000 desplazados por la violencia desde el golpe.
La mayoría se encuentran en las regiones remotas y escarpadas del noroeste y el suroeste, donde la resistencia armada de minorías étnicas y fuerzas conocidas como defensas del pueblo ha sido la mayor.
Las agencias y grupos humanitarios internacionales están tratando de llegar hasta los afectados con alimentos y medicinas para prevenir el hambre y las enfermedades, pero dicen que los soldados y la policía dificultan el acceso bloqueando caminos, confiscando y destruyendo los suministros, y arrestando a los trabajadores.
“Lo que estamos viendo ahora es a los militares, que en sus esfuerzos por cortar la llegada de suministros a las fuerzas armadas (…) también cortan ayuda vital para la población. Estamos hablando de cosas ordinarias, las necesidades básicas”, dijo Emerlynne Gil, de Amnistía Internacional, a la Voz de América.
Amnistía divulgó este viernes un breve reporte de las restricciones, basado en entrevistas con familias desplazadas y voluntarios y trabajadores humanitarios.
En su propia actualización de la situación humanitaria en Myanmar, la ONU dijo la semana pasada que las aprobaciones negadas y retrasadas de las autoridades locales y el aumento del escrutinio de los embarques de ayuda estaban “afectando las operaciones y prolongando el sufrimiento”.
Otros grupos de derechos humanos locales e internacionales corroboraron la situación.
Algunos de los combates más intensos tienen lugar en los estados occidentales de Chin y Sagaing, en la frontera de Myanmar con la India. La ONU dice que la lucha ha desplazado a más de 80.000 personas desde el golpe militar.
Salai Za Uk Ling, subdirector de la Organización de Derechos Humanos Chin, dice que las fuerzas de seguridad han cortado el paso al estado de Chin en los últimos meses, lo que hace prácticamente imposible todos los envíos dentro de Myanmar.
Gil advirtió que la cifra de muertos aumentará si la junta no alivia las condiciones para el paso de ayuda humanitaria.
“Mucha más gente morirá, no solo de hambre, sino también de la incapacidad de obtener acceso a servicios vitales, reproductivos, de salud y cosas básicas que son normales para las personas fuera de Myanmar”, agregó.
[Con información de Zsombor Peter, VOA]
¿Quieres compartir información o enviar boletines de prensa?
Envíanos un correo.
¿Tienes dudas? ¿Necesitas verificar alguna noticia?
No dudes en enviarnos un correo, con gusto la verificamos por tí.
Síguenos en nuestras redes sociales.