La iniciativa, aprobada en la Cámara de Representantes por un margen de 341-82, mantendrá el nivel actual del Gobierno de aproximadamente 1,2 miles de millones de dólares en financiamiento discrecional anual hasta el 20 de diciembre, evitando el despido de miles de trabajadores federales y el cierre de una amplia gama de servicios gubernamentales a pocas semanas de las elecciones del 5 de noviembre.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se vio obligado a utilizar una maniobra parlamentaria para evitar que el Comité de Normas de la Cámara superara la oposición de su propio Partido Republicano, que tiene una mayoría de 220-212 en el recinto. Los 82 votos en contra fueron emitidos por republicanos.

El proyecto de ley se enviará ahora al Senado, de mayoría demócrata, que también lo votará el miércoles y lo enviará para que el Presidente Joe Biden lo convierta en ley antes de que la financiación actual expire.

Se trata de un plazo inusualmente corto para el Congreso, ya que sus miembros se han apresurado a volver a sus distritos para hacer campaña antes de las elecciones.

Un número significativo de republicanos de la Cámara de Representantes desafió a su líder y votó en contra de la medida, después de que el candidato presidencial del partido Donald Trump se pronunciara anteriormente a favor de un cierre a menos que se adjuntara al proyecto de ley de gastos una controvertida legislación que ilegaliza el voto de los no ciudadanos en las elecciones federales, algo que ya es ilegal.