Seúl, Corea del Sur (VOA/William Gallo) – El estatus de Hong Kong como uno de los puntos de Asia con una próspera industria de medios de comunicación, pareciera estar agonizando con la entrada en vigencia esta semana de una nueva ley de seguridad nacional impuesta por China en el territorio semiautónomo.
La ley, en respuesta al resurgimiento de protestas prodemocracia durante los últimos doce meses, busca evitar la subversión, terrorismo o colusión con fuerzas extranjeras. Las penas por esos crímenes varían entre los tres años de cárcel y la cadena perpetua.
La legislación, que es amplia y está redactada de forma ambigua, se aplicará a locales, extranjeros e incluso a personas viviendo en otros países y limitará drásticamente las libertades de expresión y de prensa, advirtieron los analistas.
“Dice que el gobierno puede hacer lo que sea que le venga en gana”, aseguró Steven Butler, coordinador para Asia del Comité para la Protección de Periodistas. (CPJ, por sus siglas en inglés).
Butler dijo que el territorio verá un período de prueba mientras las autoridades revelan exactamente cómo pretenden interpretar y aplicar la Ley, pero la incertidumbre ya ha tenido un efecto escalofriante en la libertad de expresión.
Señales de miedo
En semanas recientes, oleadas de residentes de Hong Kong han descargado de internet redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés), así como aplicaciones de mensajería codificadas, para esconder sus actividades digitales de las autoridades.
Algunas páginas web, han retirado publicaciones y artículos que eran críticos de China y simpatizantes de la independencia. Muchos residentes de Hong Kong han borrado complemente sus páginas de las redes sociales.
“Todo el escenario de los medios de comunicación está enfrentando una nueva frontera”, dijo Sharron Fast, una profesora de leyes de medios de la Universidad de Hong Kong.
“Hay muchos reportes de organizaciones de prensa recibiendo solicitudes de autores para que retiren sus publicaciones anteriores. De manera que los editores están enfrentándose a un conflicto muy real, entre el deseo de retener publicaciones previamente consideradas legales y preservar el récord histórico y las muy reales amenazas que los autores enfrentan bajo la nueva ley”, dijo Fast.
También hay indicios de que los medios tradicionales están modificando su cobertura del movimiento de protestas prodemocracia, especialmente luego que funcionarios de Hong Kong anunciaran el jueves que ciertos reconocidos lemas, equivalen a muestras prohibidas de separatismo.
En un tuit el viernes, el estatal medio RTHK, se rehusó a siquiera usar el ahora prohibido eslogan de “Liberen Hong Kong”, usando en su lugar “L****** Hong Kong”.
El cambio sugiere que algunos periodistas están ahora renuentes a reportar sobre temas sensibles, aún cuando lo hacen de forma neutral.
“Se ha desarrollado muy rápidamente y es aterrador”, dijo Emily Lau, una ex legisladora de Hong Kong y actual activista prodemocracia.
Aunque aún no está claro si simplemente pronunciar una consigna prohibida resultará en un arresto o una condena, el efecto “escalofriante” en los medios es claro, dijo Lau.
Algunos medios internacionales han observado cómo algunos grupos de la Sociedad civil y activistas en Hong Kong han dejado de hacer comentarios sin condición de anonimato hasta poder determinar cómo se aplicarán ciertos aspectos de la ley.
“Quiero decir, ¿quién sabe qué significa «provocando odio hacia el gobierno»?”, dijo una persona de una organización sin fines de lucro, hablando bajo condición de anonimato por la sensibilidad de la situación.
“Provocando odio”
Esa frase es en referencia al Artículo 29 de la nueva ley que, entre otras cosas, criminaliza el trabajar con una amplia gama de organizaciones extranjeras para “provocar odio” entre los residentes de Hong Kong y en contra del gobierno local o del gobierno de China continental.
La ley dice que tanto el individuo como una organización extranjera involucrados en provocaciones pueden ser castigados con hasta cadena perpetua, aunque los funcionarios no han aclarado qué significa “provocar odio”.
“Escribir un artículo, ¿incita eso a la gente, a odiar? No sabemos qué cuenta como tal”, dijo Tommy Walker, un periodista independiente originario de Inglaterra y residente en Hong Kong.
“Todos están un poco preocupados”, dijo Walker, quien como otros periodistas extranjeros están buscando opciones de emergencia en caso de que reportar desde Hong Kong se vuelva insostenible.
Walker dice que es muy probable que primero repriman a los activistas y periodistas locales, pero que los corresponsales extranjeros podrían ver restricciones mayores.
Nueva regla para la prensa extranjera
Según el Artículo 54 de la nueva ley, las autoridades deben “reforzar el control” de los medios de prensa extranjeros, organismos no gubernamentales y otros grupos internacionales.
No está claro qué significa eso, pero sugiere un monitoreo más riguroso y una censura más estricta, un cambio significativo para los periodistas extranjeros que solían obtener con facilidad visados para reportar desde Hong Kong sin interferencias.
Por ahora, la entrada de periodistas extranjeros a Hong Kong se ha complicado por la pandemia del coronavirus, pero una vez que pase la pandemia, algunos periodistas dicen que no están confiados sobre cuándo podrá regresar.
“Creo que la frontera se volverá menos predecible”, dijo William Yang, un periodista taiwanés, que con frecuencia reporta desde Hong Kong. “Los riesgos e incertidumbres son simplemente muy altos (…) Y no sabemos dónde está la raya”, agregó.
Se aplica a todos…¿en todas partes?
Para algunos analistas, la más preocupante parte de la nueva legislación es su alcance territorial expansionista.
Según el artículo 38, la ley aplica aún cuando las ofensas hayan sido cometidas “fuera de la región, por una persona que no sea un residente permanente de la región”.
Donald Clarke, un profesor de Derecho de la Universidad George Washington, dice que la medida pareciera estar “afirmando jurisdicción extraterritorial sobre toda persona en el planeta”.
Según Clarke, eso significaría que si un columnista de un periódico estadounidense aboga por la independencia del Tíbet en su columna, podría ser responsable bajo la ley nacional de seguridad de Hong Kong.
“Si alguna vez han dicho algo que ofenda al Partido Comunista de China o a las autoridades de Hong Kong, quédate fuera de Hong Kong”, dijo Clarke en una publicación en China Collection, un blog dedicado a asuntos de actualidad de China.
China se defiende
Funcionarios chinos han sostenido reiteradamente que la nueva ley no restringirá las libertades de expresión o de prensa, que están garantizados en la Ley Básica, algo así como la constitución de Hong Kong. La ley, insisten, solo prohibirá la subversión, el separatismo, el terrorismo y la interferencia extranjera.
El único miembro de Hong Kong en el Comité Permanente del Congreso Nacional del Pueblo, el más alto órgano de decisiones de Beijing, recientemente le dijo al Nikkei Asian Review que las leyes se aplicarán a los medios de comunicación.
“No hay excepción para personas o negocios en la ciudad”, dijo Tam Yiu-chung.
Al preguntársele si los periodistas serían castigados por reportar sobre temas delicados, el político pro Beijing le dijo a dicha publicación que las empresas podrían “buscar asesoría legal”.
“Tendremos un mecanismo cuidadosamente planificado para evaluar caso por caso”, dijo. “Tendremos que probar, por ejemplo, que una persona tiene una bien desarrollada organización para iniciar una acción que amenace la seguridad nacional”.
Periodistas no convencidos
La abrumadora mayoría de los periodistas de Hong Kong no confían en esas promesas, según una encuesta realizada por la Asociación de Periodistas de Hong Kong justo antes que entrara en vigencia la ley.
El 98% de los encuestados dijeron estar en contra de la ley. Un 92% afirmó estar preocupado por su seguridad personal. Un 87% dijo creer que los medios dejarán de reportar sobre temas sensibles. En el 2002, Hong Kong quedó ubicada en el 18º lugar del índice de libertad de prensa de la organización Periodistas Sin Fronteras. Este año, es país quedó en el lugar número 80.
Mientras Beijing aumenta rápidamente su influencia sobre Hong Kong, muchos ahora temen que la libertad de prensa del territorio se reducirá más, quizás incluso más que en China, la cual está en el lugar número 177, de un total de 180 países.
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