Los comentarios del mandatario fueron en respuesta al informe reciente del Departamento de Estado que destacó las deficiencias de las administraciones Trump y Biden en la frenética retirada militar estadounidense de Afganistán, en agosto de 2021.
Estados Unidos (VOA) – Casi dos años después dela caótica retirada militar estadounidense de Afganistán, la declaración del presidente Joe Biden de que los talibanes están ayudando a Estados Unidos a expulsar a Al-Qaeda del país ha reavivado la controversia sobre la presencia de grupos terroristas en ese país y el acuerdo que puso fin a la guerra afgana.
“¿Recuerdan lo que dije sobre Afganistán? Dije que Al-Qaeda no estaría allí. Dije que no estaría allí. Dije que recibiríamos ayuda de los talibanes”, dijo Biden el viernes. “¿Qué está pasando ahora? ¿Qué está sucediendo? Lea la prensa. Yo tenía razón.”
El presidente hizo los comentarios en respuesta a una pregunta sobre un informe reciente del Departamento de Estado que destacó las deficiencias de las administraciones Trump y Biden en la frenética retirada militar de EEUU en agosto de 2021.
Los comentarios de Biden provocaron una controversia inmediata.
Según el pacto de Doha, a cambio de que Washington retirara sus tropas de Afganistán, los talibanes acordaron evitar que el país se conviertiera en un refugio para terroristas y dejar de atacar a miembros de las fuerzas de seguridad EEUU.
Las afirmaciones de Biden también contradicen un informe de las Naciones Unidas de febrero que concluyó que los grupos terroristas, incluido Al-Qaeda, “disfrutan de una mayor libertad de movimiento en Afganistán debido a la ausencia de una estrategia de seguridad efectiva de los talibanes”.
Poner fin a la guerra más larga de EEUU
Cuando se le pidió que aclarara los comentarios de Biden, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el presidente tuvo que tomar una decisión difícil para poner fin a la guerra más larga de la nación.
Un funcionario de inteligencia estadounidense que habló con la Voz de América bajo condición de anonimato aclaró que al referirse a la “ayuda” de los talibanes, Biden hacía mención a la operación de los talibanes que mató en abril a un líder de ISIS-K, también conocido como Estado Islámico Khorasan, filial del grupo terrorista en Afganistán.
Un informe de la ONU publicado a principios de este año concluyó que se espera que Al-Qaeda permanezca en Afganistán en un futuro cercano, manteniendo al país como “la principal fuente de amenaza terrorista para el centro y el sur de Asia”.
La Administración Biden ha desestimado el informe de la ONU desde su publicación, enfatizando que Al-Qaeda en Afganistán no representa una amenaza.
El funcionario explicó a la VOA que el gobierno evalúa que el grupo terrorista “no tiene la capacidad de lanzar ataques contra EEUU o sus intereses en el extranjero desde Afganistán”.
“No tenemos indicios de que individuos de Al-Qaeda en Afganistán estén involucrados en la conspiración de un ataque externo”, dijo. “Por supuesto, continuaremos monitoreando de cerca”.
El portavoz de Exteriores de los talibanes, Abdul Qahar Balkhi, recibió los comentarios de Biden como “un reconocimiento de la realidad” de que ninguna entidad terrorista operaba en Afganistán bajo el gobierno del grupo.
Michael Kugelman, subdirector del Programa del Sur de Asia en el Centro Wilson, se muestra escéptico. Los talibanes han perseguido a su acérrimo rival, ISIS-K, pero han hecho poco para frenar la presencia de Al Qaeda y la mayoría de los otros grupos terroristas en Afganistán, afirmó a la VOA.
Crítica republicana
Los republicanos, incluido el exvicepresidente y ahora precandidato a la presidencia Mike Pence, han lanzado críticas tras el informe del Departamento de Estado.
“La culpa de lo que pasó aquí recae de lleno en el actual comandante en jefe”, dijo Pence a la cadena de televisión CBS el domingo. Aseguró que la “retirada desastrosa” nunca habría ocurrido bajo el mandato de Trump.
El informe, sin embargo, concluyó que las decisiones tanto de Biden como de Trump sobre el fin de la misión militar estadounidense en Afganistán tuvieron “graves consecuencias para la viabilidad del gobierno afgano y su seguridad”.
La investigación también señaló que el Departamento de Estado “enfrentó una tarea de una complejidad sin precedentes” al implementar una evacuación con un alcance y escala que era “altamente inusual, sin una situación comparable desde la salida de EEUU de Vietnam en 1975”.
Tras la rápida toma de la capital afgana, Kabul, por parte de los talibanes, EEUU evacuó a unas 125.000 personas, incluidos casi 6.000 ciudadanos estadounidenses.
La administración dijo que ha ayudado a reasentar a 88.500 aliados afganos desde la retirada, mientras que activistas aseguran que todavía quedan atrás decenas de miles.
[Con la contribución de los periodistas de la VOA, Sayed Aziz Rahman y Jeff Seldin]
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